Las consultas que los negociadores rusos sostuvieron en Washington con la Administración del presidente estadounidense y representantes de la Unión Europea sobre el ingreso de Rusia en la OMC pueden terminar con un escándalo.
Las fuentes del Departamento de Estado norteamericano comunicaron ayer a "Kommersant" que dudan de la capacidad de Rusia para acordar con la Unión Europea en lo que resta de año las condiciones del ingreso en la OMC.
Las negociaciones se sostienen en Washington porque EE.UU., en virtud del acuerdo logrado entre los presidentes Vladimir Putin y George Bush, intentan ayudarle a Rusia resolver los numerosos problemas que han surgido en las negociaciones multilaterales sobre la OMC.
Ayer, al término de las consultas que los negociadores rusos sostuvieron con Dorothy Dwoskin, asistente de la Representación Comercial de EE.UU., la fuente en la Administración estadounidense informó sobre problemas sustanciosos que Rusia tiene en estas negociaciones. A juicio de la fuente entrevistada por la edición, la fecha de la conclusión de las negociaciones (fines de 2007) anunciada por el ministro de Desarrollo Económico y Comercio, German Gref, de momento no tiene común con la realidad. Cree que Moscú no cumple las exigencias que se le plantean en las negociaciones.
Al decir de la fuente, los representantes de los países europeos y otros dicen que, al firmar con Rusia el protocolo bilateral sobre el ingreso en la OMC, la Casa Blanca desempeñó el papel de "chico bueno", dejándoles el papel de "chicos malos".
Al fin y al cabo, dice la fuente en la Administración norteamericana, los europeos no le dejarán entrar a Moscú en la OMC, sin que EE.UU. pueda hacer nada.
Desde el punto de vista oficial, según aclararon en el Ministerio de Desarrollo Económico y Comercio, ahora no se sostienen ningunas negociaciones en EE.UU. sobre el ingreso en la OMC, y sólo se trata de "consultas no oficiales". Los representantes de la Comisión Europea tampoco comentan lo que ocurre, mas se sabe de distintas fuentes que, aparte de los problemas viejos, la Unión Europea tiene reclamaciones que plantearle a Rusia, problemas que pueden "aflorar" en forma oficial en las negociaciones multilaterales sobre la OMC.