El Banco Central (BC) de Rusia se ha propuesto un cambio radical de las normativas vigentes en lo que concierne al secreto bancario. La idea es obligar a los auditores financieros a que compartan con el BC la información que se supone confidencial.
Los profesionales del sector califican esta iniciativa como desvariada y señalan que el BC, además de traspasar a los auditores sus obligaciones directas, las del control en materia bancaria, atenta contra la institución de auditoría independiente como tal y priva a los bancos de consultas necesarias.
Las enmiendas obligarían a los bancos a ocultar sus problemas ante los auditores y podrían provocar también un crecimiento vertiginoso en el segmento de las auditorías en la sombra. ‘Los bancos simplemente van a comprar el silencio de los auditores' - advierte el director de una entidad importante.
Algunos expertos creen que la propuesta del BC encuadra en la estrategia general del Estado cuyo objetivo implícito es asegurar que los organismos públicas tengan el máximo acceso posible a la información confidencial del mundo de negocios. De sentarse un precedente así en materia bancaria, las agencias públicas del mercado de seguros, valores, control financiero y hasta inspección fiscal podrían formular reivindicaciones similares.
