El arreglo del conflicto petrolero entre Minsk y Moscú depende exclusivamente de la postura que asuma Alexander Lukashenko, sostienen los expertos y advierten de que el líder bielorruso podría jugar con triunfos que le proporcionó el caso del proyecto "Sakhalin-2".
A juzgar por las declaraciones de los dirigentes rusos, Moscú no sacrificará sus intereses a las ambiciones de Lukashenko. "El Kremlin pretende resolver el problema desde las posiciones de la fuerza", afirma la analista Natalia Milchakova. A su juicio, si Rusia sigue ejerciendo presiones sobre Bielorrusia, la UE recibirá menos petróleo del que había contratado y será culpable de eso precisamente Rusia. "Occidente ve en Bielorrusia una parte del espacio económico único ruso-bielorruso -explica la analista-. De no poder Moscú arreglar el conflicto recurriendo a los métodos civilizados, Europa pasará factura a Rusia. El régimen de Lukashenko es realmente odioso para Occidente que va a ejercer presiones sobre Rusia con el fin de conseguir que deje de apoyarlo."
Bielorrusia cuenta con fuertes instrumentos de presión sobre Rusia, llegaron a la conclusión compartida los expertos. "Lukashenko puede repetir lo que hizo Mitvol en Sakhalin -dice el analista de European Gas Análisis, Mijaíl Korchiomkin-. El tramo bielorruso del gasoducto Yamal-Europa, perteneciente a Gasprom, fue construido en 2003. Y creo que no faltarán las violaciones de la legislación ambiental bielorrusa, cometidas durante el tendido de la tubería.