Minsk sigue exigiendo que Moscú le pague aranceles por el tránsito del petróleo ruso a través de Bielorrusia, mientras que la otra parte ya está dispuesta a introducir a partir de febrero los derechos de importación sobre un amplio repertorio de productos que representan, en términos de valor, más de la mitad de lo que el país vecino exporta a Rusia.
El presidente Vladímir Putin pidió ayer al Gobierno ruso elaborar un paquete de medidas para proteger los intereses de la economía nacional en el comercio con Bielorrusia. Una fuente próxima al Gabinete señala que se van a aplicar diversas medidas económicas, entre ellas, los aranceles sobre algunos artículos bielorrusos que ahora se introducen en el mercado ruso libremente. Las restricciones han afectado ya al azúcar importado desde Bielorrusia: por una disposición del Gobierno ruso, se le aplica un arancel a partir del 29 de diciembre.
La carne y sus derivados, los productos lácteos, los televisores y los muebles podrían incorporarse a esta lista en febrero. Conste que a Rusia le corresponde entre un 80 y un 99,9 por 100 en el volumen de las respectivas exportaciones bielorrusas. En total, Moscú pretende gravar con aranceles los renglones que representan más de la mitad en el volumen de las importaciones desde el país vecino (US$6.000 millones, en términos de valor).
No habrá necesidad de perder el tiempo en investigaciones antidumping u otras formalidades, puesto que una ley firmada por Vladímir Putin a finales de 2006 le permite introducir sanciones inmediatas en caso de acciones hostiles por parte de instituciones o Estados extranjeros. El presidente ruso tiene derecho a suspender programas de cooperación económica, técnica y militar, restringir transacciones financieras y de comercio exterior, así como revisar tarifas arancelarias.
Los funcionarios del Gobierno ruso reconocen en los pasillos que estas medidas equivalen a una ruptura temporal de la unión aduanera entre Moscú y Minsk pero, al parecer, no hay manera de arreglar el asunto por las buenas con el líder bielorruso Alexander Lukashenko. El origen del conflicto tiene que ver con el sector energético. A partir del 1 de enero, Rusia aplica un impuesto de exportación al petróleo suministrado a Bielorrusia: US$180 por cada tonelada. No lo hizo durante once años anteriores pero la realidad es que en 1998 Minsk dejó de repartir con Moscú los ingresos en concepto de exportaciones petroleras, a pesar de que ello estaba previsto en un convenio bilateral, y en 2001 simplemente abandonó tal acuerdo.
