MUSEOS EXÓTICOS DE RUSIA

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Moscú, 8 de enero, RIA Novosti. Muchas ciudades de Rusia tienen exposiciones exóticas que atraen a los turistas.

 

En Veliki Ustiug, patria chica de Papá Noel ruso, funciona un museo de juguetes con que adornan el Árbol de Navidad, los cuales reflejan la historia del país: desde humildes figurillas hechas de papel y algodón en los años 1930, hasta los resplandecientes astronautas y sputniks de la década del 60 y los juguetes de temática navideña, que regresaron a Rusia a finales del siglo XX.

En la antigua ciudad de Uglich desde hace uno año está abierta la Biblioteca del Vodka Ruso, en la que todo deseoso puede tanto ojear las páginas de la historia del alcohol como catarlo. A su lado se encuentra el Museo de Magia y Supersticiones, en cuya exposición ocupa un lugar de honor el Duende, uno de los más antiguos personajes míticos rusos. Antaño se creía que los duendes nacen de las almas de los árboles talados para construir la casa, y si los tratan con respeto, ellos ayudan gustosamente a llevar la casa.

Hay museos poco habituales también en la antigua ciudad rusa de Pereslavl: el de Locomotoras, el de la Tetera y el de la Plancha. El primero fue fundado en 1991, y es único en su género en Rusia. En su exposición figuran más de 30 unidades del material rodante ferroviario, así como autos, tractores y otra maquinaria de los años 1900-1950. El Museo de la Tetera tiene más de un centenar de muestras y permite conocer las tradiciones rusas de tomar té. En el Museo de la Plancha se exhiben unas 200 muestras, empezando por el antiguo rollo de madera.

En la provincia de Tver está abierto el Museo del Aire, en que se exhibe aire prervolucionario. Se trata de una broma de unos coleccionistas que ofrecieron para la exposición unos frascos y botellas de farmacia antiguos, en los que burbujas de aire se conservan desde 1917.

En Vladivostok funciona el Museo de la Barbarie y Porquería, en que se puede ver una gran diversidad de objetos deformados y destruidos por gamberros.

En San Petersburgo, en 2002 se inauguraron el Museo del Ladrillo y el de Herramientas. En la colección de éste último hay hachas e instrumentos de carpintería, con la ayuda de los cuales Pedro Primero construyó la flota con sus propias manos.

Otro museo de la ciudad, el de Puentes, ofrece diferentes modelos de los puentes,  así como grabados, dibujos y acuarelas con sus imágenes y también retratos de sus constructores. El promedio de la edad de los modelos en cuestión es de 180 años. El más antiguo data de 1762, fue diseñado con motivo de un concurso convocado para tender un puente de arco sobre el Neva, pero el proyecto no llegó a realizarse.

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