Los accionistas extranjeros se mostraron dispuestos a ceder a Gasprom el control sobre el proyecto "Sakhalin-2" tras las conversaciones que duraron dos años. El director ejecutivo de Shell, Jeroen van der Veer, accedió ceder a Gasprom el control sobre las exportaciones de 9,6 millones de toneladas de gas licuado a Asia y EE UU.
Los accionistas extranjeros de "Sakhalin-2" cometieron un grave error, al anunciar sobre el aumento de sus inversiones en el proyecto de 10 mil millones de dólares hasta 22 mil millones por lo que asestaron golpe a la Hacienda rusa. Incrementando los gastos, los inversores suponían que Rusia tardaría mucho en percibir los primeros dividendos.
El conflicto se agravó hasta tal punto que las autoridades rusas plantearon suspender la ejecución del proyecto y apelar a la justicia, pero finalmente las partes hicieron las paces, aunque Gasprom y Shell aún no lo confirmaron oficialmente.
Shell vendería a Gasprom el 30% de su participación en el proyecto, mientras las japonesas Mitsui y Mitsubishi, el 10% cada una. A consecuencia, la nueva estructura de accionariado sería la siguiente: Gasprom, el 50%; Shell, el 25%; Mitsui, el 15%; Mitsubishi, el 10%. Gasprom cedería a la compañía británica su participación del 50% en el yacimiento Zapoliarnoe, valorada en 4,5 mil millones de dólares. Los japoneses percibirían por sus acciones 4,5 mil millones de dólares en efectivo.
Gasprom tendría que pagar 9 mil millones de dólares por el paquete de control de acciones. A juzgar por todo la transacción quedaría cerrada a principios de 2007, comentó el representante de Shell en Rusia, Maxim Shub.
