Iván Dmitrienko, RIA Novosti. En Rusia se discute ampliamente el tema de presentar la candidatura de Sochi como sede de los XXII Juegos Olímpicos Blancos (y de los XI Paraolímpicos) de 2014.
Se hicieron apreciaciones más contradictorias de la iniciativa olímpica. ¿Valdrá la pena creer en serio que al cabo de siete años y medio el Territorio de Krasnodar llegará a hacer anfitrión de la Olimpiada?
El Comité Olímpico Nacional aprobó casi por unanimidad la presentación de la candidatura de Sochi. El balneario ruso posee una serie de ventajas: el salubre clima montañoso, la accesibilidad de transporte y, lo que es principal, la bien desarrollada infraestructura hotelera. Ni siquiera se pasan por alto las cosas menos importantes, tales como la temperatura invernal (+10ºC).
Pero lo que importa más que nada son los planes de construir instalaciones deportivas que merecen el calificativo de grandiosos. En general, el Comité Olímpico Internacional exige que en la ciudad anfitriona existan los complejos de esquís y de biatlón, el centro de esquí de montaña, pistas de tobogán y de trineo, las canchas de hockey, una grande y otra pequeña, el palacio de patinaje artístico y otro de patinadores, y eso sin contar las llamadas "instalaciones de servicio". Sin embargo, estas imponentes exigencias, lejos de desconcertar a los habitantes de Sochi, les dan derecho a declarar con optimismo que todas esas instalaciones serán construidas en plena correspondencia con el proyecto.
Entretanto, existen también muchos problemas, el principal de los cuales es el tradicional, relativo a las carreteras que han de ser modernizadas. En lo que se refiere a las instalaciones deportivas, actualmente en Sochi se construye solamente el estadio de esquí de montaña. Las demás existen sólo en papel. Está claro que los recursos presupuestarios de la urbe serán insuficientes para construirlas a tiempo. Será necesario atraer a grandes inversionistas y crear condiciones favorables para sus inyecciones financieras.
Indiscutiblemente, prestarán ayuda las dotaciones estatales ya aprobadas por el Gobierno. En caso de que Sochi gane el concurso del COI, será preciso asignar casi 328 mil millones de rublos a su desarrollo multifacético, suma plenamente suficiente para convertir la ciudad en "capital olímpica de Rusia".
Al mismo tiempo, en el campo de competidores (en que además de Sochi figuran Salzburg austriaca y Pyongchang surcoreana) está en pleno apogeo el intenso trabajo. Por esta razón, no se le puede dar largas al asunto, lo que sería fatal. Sin embargo, de admitir incluso el desenlace infeliz de la "carrera olímpica", se podrá afirmar que la mera participación en ésta resultó muy útil: se ha acelerado notablemente el ritmo de desarrollo de la bendita región del Kubañ. Entre otras cosas, procede señalar que por fin entrará en explotación el supermoderno aeropuerto de Sochi, cuyas obras han durado casi 10 años. Pero lo principal es la idea de presentar la candidatura de Sochi ampliamente comentada y apoyada por la mayoría de habitantes de Rusia; en la propia ciudad se observa agiotaje. Todas las fiestas transcurren allí al amparo de la "ilusión olímpica" y casi en todas partes se puede ver chillonas insignias con el logotipo "Sochi-2014"...
Sin embargo, todos los habitantes de Rusia quisieran que la opción que el presidente del COI Jaques Rogge haga en julio próximo en Guatemala, sea feliz para Sochi. Pues en Sochi existen realmente todas las posibilidades para crear un balneario de alcance internacional.
