A partir del 3 de octubre, Rusia interrumpe las comunicaciones de transporte y postales con Georgia. Esta acción demostrativa, que en rigor equivale a una declaración de guerra económica, difícilmente podría generar problemas serios para el país que ha caído en desgracia, advierten los expertos.
El volumen de las importaciones rusas desde Georgia es insignificante; los inmigrantes laborales procedentes de esta nación podrán encontrar empleo en Grecia, Italia e Israel; la exportación de la energía eléctrica a Georgia fue suspendida hace medio año; y en cuanto a las entregas de hidrocarburos - factor que realmente tendría un impacto en la economía georgiana - nadie se plantea por ahora cortar el suministro.
Los artículos industriales y bienes de amplio consumo representan un porcentaje escaso en el comercio bilateral. La producción vinícola y el agua mineral, que en el pasado fueron los principales renglones de las exportaciones georgianas a Rusia, fueron sometidas hace tiempo a un embargo, recuerda Vladímir Zharikhin, subdirector del Instituto ruso para los países de la CEI (Comunidad de Estados Independientes).
A Georgia le corresponde menos del 1% en el comercio exterior de Rusia, señala Alexey Kalinin, experto de una consultoría local. ‘Se verán afectadas algunas empresas sueltas, tanto georgianas como rusas, que tendrán que reducir la plantilla o parar las máquinas - dice él -. La situación podría desacelerar el crecimiento de la economía georgiana pero no provocará una crisis económica. Las medidas de apoyo por parte de EE.UU. y la UE serán capaces de compensar el recorte de las exportaciones'.
Las restricciones de empleo en relación con los inmigrantes georgianos en Rusia podrían ser, en principio, el efecto más sensible del bloqueo económico impuesto desde Moscú pero los observadores locales sugieren que tampoco habrá grandes problemas. ‘Rusia ha dejado de ser la principal fuente de empleo para los georgianos - dice Zhanna Zayonchkovskata, experta en temas de inmigración laboral -. Hay muchos georgianos trabajando en Grecia e Italia. También existe una amplia comunidad georgiana en Israel que podría proporcionar empleo a sus compatriotas'.
