Al fin y al cabo los Estados Unidos han seleccionado la variante definitiva de la nueva nave espacial ("vehículo de exploración tripulado", CEV) destinada a reemplazar al transbordador (el último vuelo de Shuttle está previsto para 2010). La creación de esta nave empeorará las perspectivas de la colaboración espacial ruso-norteamericana.
El jefe de NASA Michael Griffin ha dado a conocer que cualquiera colaboración internacional dentro del programa lunar de Estados Unidos será posible tan sólo en la superficie de la Luna. Dicho mensaje quiere decir que se admitiría sólo participar en la creación de la infraestructura de la base lunar estadounidense, mientras que todos los elementos del vuelo a Selene se prepararán por los Estados Unidos.
Tal decisión elimina la base tecnológica de una amplia colaboración ruso-norteamericana en el espacio, que se apoyaba en dos elementos clave: el complejo orbital y la nave transportadora Soyuz. En 2015-2017 NASA está dispuesta a abandonar el proyecto de la Estación Espacial Internacional (ISS), mientras que el desarrollo de las CEV automáticamente anulará la necesidad en las naves de transporte Soyuz.
En este contexto ha causado mucho asombro la reciente declaración del jefe de Roscosmos, agencia estatal espacial rusa, Anatoli Perminov: "Si decidimos en futuro explorar otros planetas... lo podremos desarrollar sólo al pie de igualdad y cooperación internacional global".
Esta afirmación de Perminov puede significar dos cosas: ora el jefe de Roscosmos prevé la reducción del sector aeroespacial nacional a tal nivel que una eventual participación de Rusia en creación de elementos secundarios de la base lunar estadounidense se considerará una cooperación "al pie de igualdad", ora el jefe de la agencia pone cruz y raya en el futuro de aeronáutica rusa al imponer a sabiendas imposibles condiciones de su desarrollo.
El futuro desarrollo del sector espacial ruso será posible sólo a través de realización de proyectos innovadores nacionales de gran escala, que prevén las exploraciones del espacio fuera de la órbita de la Luna, aceptando sólo tal colaboración internacional en dichos proyectos que no sea elemento clave de su implementación.
Yuri Karash, miembro Correspondiente de la Academia de Cosmonáutica Rusa Tsiolkovski.
