El presidente Vladimir Putin encomendó a los órganos policiales y de seguridad la tarea de reforzar el control sobre la actividad de la banca, a raíz del asesinato del primer vicepresidente del Banco Central, Andrei Kozlov. Los expertos temen que las "purgas" en el sistema bancario afecten principalmente a los intereses de los clientes.
En los últimos meses en reiteradas ocasiones se planteó permitir el acceso de los servicios secretos a la información bancaria clasificada, tanto para reprimir el lavado de dinero como para realizar el monitoreo sobre el pago de salarios "en sobres".
Los especialistas comentan con cautela la encomienda del presidente. "Vladimir Putin estuvo muy parco de palabras por los que no está claro a qué se refería -dice el primer vicepresidente del comité parlamentario de entidades de crédito, Pavel Medvedev-. Es de esperar que se trata de crear únicamente la base de datos sobre pasaportes perdidos, principal instrumento de evasión fiscal. Compañías pantalla se valen de este instrumento para proceder al lavado de dinero derivado de las actividades ilícitas. Dicho sea de paso, Andrei Kozlov se ganó fama de luchador firme contra tales delitos."
Pavel Medvedev sostiene que es la única tarea que han de cumplir los servicios secretos respecto al sector bancario. "Los órganos policiales y de seguridad no dejan de reclamar el acceso al secreto bancario. De momento, sus esfuerzos no se han coronado de éxito. Durante las pláticas con Vladimir Putin llegué a la conclusión de que el presidente es un hombre experimentado en problemática bancaria por lo que se abstenga de conceder unas atribuciones demasiado amplias a los servicios secretos", comentó.
