Moscú, 18 de septiembre, RIA Novosti. Los países en desarrollo que invierten en los sistemas de enseñanza, la sanidad y la instrucción profesional de los jóvenes pueden alcanzar un vertiginoso crecimiento económico y una notable reducción de la pobreza, se indica en el informe redactado por el Banco Mundial.
La población joven en los países en desarrollo totaliza 1,3 mil millones de personas, una cifra récord en la historia de la humanidad. Esta categoría de edad es más culta y sana físicamente que la generación anterior y por ello resultaría provechoso como nunca invertir precisamente en la juventud, afirman los expertos del banco.
Al mismo tiempo advierten que la incapacidad de los gobiernos de aprovechar esa situación podrá sembrar en los jóvenes sentimientos de desesperanza y provocar una tensión social.
Los jóvenes constituyen un 50 por ciento del total de parados en el mundo, reza el informe del Banco Mundial.