China puede convertirse próximamente en uno de los mayores importadores de crudo venezolano, como lo evidencia la visita oficial del presidente Hugo Chávez a Pekín. Venezuela es hoy un productor y exportados de petróleo de los mayores del mundo. Los planes expuestos en la capital china son impresionantes. Hugo Chávez anunció que las exportaciones de crudo a China pueden, en un futuro próximo, aumentar de 150 a 500 mil barriles diarios. Pero, no se trata solo de suministros de crudo.
Se prevé la firma de contratos de compra en China de torres perforadoras. Venezuela ha invitado a China a invertir en la explotación y explotación de los mas ricos yacimientos de petróleo y de gas en la plataforma continental del río Orinoco. Se trata de hecho de la solución conjunta de los problemas de la seguridad energética.
EEUU era hasta ahora el principal importador de crudo venezolano, de un millón y medio de barriles. De ahí que no faltan los que en ese país vean en las acciones de Hugo Chávez un trasfondo anti-norteamericano. Se remiten para ello a las rencillas existentes entre Washington y Caracas. En particular, EEUU no oculta su irritación ante la limitación de extracción de crudo de Venezuela, de conformidad con las cuotas de la OPEP, por los suministros del crudo a Cuba a precios subsidiados, y por oponerse a la creación del ALCA, el Área de Libre Comercio de las Américas. Caracas tiene sus reclamos, entre ellos, la intromisión de EEUU en los asuntos internos del país, el freno a su desarrollo y otros.
Sin duda que está presente el contexto político en el desarrollo de las relaciones chino-venezolanas, pero no es determinante. En Caracas no ocultan el internes en la diversificación de las exportaciones, lo que haría al país menos vulnerable ante el vecino prepotente en el plano económico. Mientras que China con su economía de pujante crecimiento es un socio posible. A juicio de Andrei Ostrovski, subdirector del Instituto del Lejano Oriente, China tiene sus razones para tender a Venezuela.
"A partir de la década pasada, las tasas de crecimiento de China han subido en espiral. Ellas son más o menos del 8 al 10% del PIB al año. Y de ahí que surja el problema de la seguridad energética para mantener un elevado ritmo de crecimiento económico.
Los intereses económicos avalan la política de cooperación de Venezuela y China. Ellos serán más comprensibles si se toman en cuenta los procesos que se operan en la economía mundial y que se expresan en el debilitamiento del papel de EEUU y del dólar como moneda tradicionalmente líder.
Tomado de la página web de la emisora Voz de Rusia
