La corporación farmacéutica hindú Ranbaxy pretende comprar la empresa rusa Acrichin, por cien millones de dólares. Los analistas dan a entender que, en realidad, Ranbaxy procura asegurarse de este modo el acceso a los contratos de administración pública en materia de fármacos.
Evaluado en torno a nueve mil millones de dólares, el mercado farmacéutico en Rusia va creciendo a un ritmo anual del 8%, de manera que la compra de Acrichin encuadra perfectamente en la estrategia de Ranbaxy, empresa líder de ventas en su país de origen y muy agresiva en el escenario internacional. Para el año 2012, Ranbaxy pretende subir de la 48ª a la 5ª posición entre las grandes farmacéuticas globales.
Acrichin figura actualmente entre los cinco mayores productores rusos de fármaco, con casi 140 referencias en su portafolio e ingresos de US$59 millones en 2005. Según la agencia DSM Group, su capitalización asciende a US$67,5 millones.
Con esta adquisición, Ranbaxy podría afianzarse en el mercado ruso, donde ganó el pasado año US$33 millones, y obtener beneficios extra gracias a los contratos públicos que representan, como mínimo, un 45% en la facturación de Acrichin, según los datos de RMBC. Acrichin participa en un programa farmacéutico nacional que, en opinión de algunos expertos, ha permitido incrementar en un 30-35% la tasa del crecimiento del sector. El Gobierno ruso procura dar un trato preferencial a las empresas locales, así que el interés de Ranbaxy por Acrichin es lógico, dicen ellos.