PERÍODO DE GRANDES DECEPCIONES

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Vitaly Portnikov, Radio Libertad, en exclusiva para RIA Novosti. Me imagino cuántos políticos rusos, que creyeron en el mito de un Yuschenko prooccidental y un Yanukovich prorruso, habrán respirado con alivio, al enterarse de la decisión del presidente de Ucrania de proponerle al parlamento aprobar la candidatura de su reciente rival en las elecciones presidenciales a ocupar el puesto de primer ministro.

Vitaly Portnikov, Radio Libertad, en exclusiva para RIA Novosti. Me imagino cuántos políticos rusos, que creyeron en el mito de un Yuschenko prooccidental y un Yanukovich prorruso, habrán respirado con alivio, al enterarse de la decisión del presidente de Ucrania de proponerle al parlamento aprobar la candidatura de su reciente rival en las elecciones presidenciales a ocupar el puesto de primer ministro.

 

El que Yanukovich a su vez haya decidido firmar un documento que aprueba los fundamentales principios de la política exterior aplicada por el Yschenko prooccidental, la que no le gusta tanto a Moscú, y el presidente haya obtenido la posibilidad de designar a los ministros de las instituciones armadas y, desde luego, su titular de Exteriores, no tiene mucha importancia. En manos de Yanukovich está el bloque económico, ¡y ello es lo más importante!  Con ello quedan opacados cualesquiera ministros y acuerdos "universales".

Pero en realidad sucede lo contrario. Si Yanukovich quedase con el bloque de instituciones armadas y la política exterior, y Yuschenko, con los ministerios económicos, se podría esperar mantener el mito. Un titular de Exteriores designado por Yanukovich iría apoyando todas las iniciativas rusas en materia de política exterior, un ministro de Defensa de él estaría censurando la OTAN, mientras que el del Interior se dedicaría a buscar pulgas en la trenza de Julia Timoshenko. Mientras tanto, los ministros del bloque económico estarían intentando bajar los precios del gas ruso, expresando indignación  por las limitaciones impuestas a las exportaciones ucranias a Rusia y poniendo trabas a los planes de empresarios rusos de adquirir empresas ucranias.

¿Y qué tendremos ahora? Tendremos lo siguiente. Un ministro de Exteriores designado por Yuschenko seguirá hablando de la integración en Europa  y apoyando a Washington; el de Defensa, no va a salir de la sede de la OTAN, y el del Interior va a armar escándalos en torno a la actividad empresarial en ciertas regiones. Mientras que los ministros del bloque económico van a intentar bajar los precios del gas ruso, a indignarse por las limitaciones impuestas sobre las exportaciones ucranias a Rusia e impedir de todos modos los planes de empresarios rusos de adquirir empresas ucranias.

La subida de Yanukovich al poder es un buen pretexto para renunciar a los mitos. Los políticos ucranios no se orientan a Rusia ni a Occidente, sino que actúan partiendo de sus propios intereses, o más concretamente: del interés empresarial. Los intereses de Ucrania pueden coincidir con los de Moscú y Waswhington de un modo puramente declarativo: por ello importan tanto el ministro de Exteriores y el Defensa, los que dentro de Ucrania no tienen ninguna importancia política. Quienes controlan dichos ministerios determinan el futuro mitológico del país. Y quienes controlan el bloque económico, determinan su actualidad muy concreta, la que no tiene obvias correlaciones ni con Rusia ni con Occidente.

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