"La puerta para que Georgia se convierta en miembro de la Unión Europea está abierta, pero si el gobierno sigue el mismo camino esta puerta se cerrará", advirtió el diplomático de cara a la reunión de cancilleres de los países del bloque comunitario en Luxemburgo.
Borrell precisó que los ministros no tomarán ninguna decisión concreta, sino que debatirán la situación y posibles medidas. También agregó que Bruselas podría reducir su ayuda financiera a Georgia, así como la asistencia del Fondo Europeo de Apoyo a la Paz. Estas medidas, subrayo el diplomático, no deberán afectar a la población.
El 14 de mayo, el Parlamento de Georgia aprobó en última lectura, por 80 votos a favor y 30 en contra, una controvertida ley de agentes extranjeros a pesar de las protestas multitudinarias. La presidenta Salomé Zurabishvili intentó bloquear la polémica ley, pero el Parlamento georgiano superó el veto por mayoría de votos.
El documento obliga a las ONG, medios de comunicación y demás entidades que reciban al menos el 20% de sus fondos desde el exterior a inscribirse en el registro del Ministerio de Justicia de Georgia como "organización que promueve los intereses de una potencia extranjera" y declarar sus ingresos anualmente.
Los críticos de esa normativa dentro y fuera de Georgia sostienen que está diseñada para controlar a organizaciones independientes y podría derivar en restricciones similares a las que se aplican a los agentes extranjeros en Rusia.
Por su parte, el Gobierno de Georgia asegura que la disposición cumple con los principios legales básicos y su único objetivo es la publicación anual de las finanzas de esos grupos.
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