El fiscal de la CPI,
Karim Jan, anunció el lunes 20 de mayo que había presentado solicitudes de órdenes de arresto contra el primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, el ministro de Defensa, Yoav Gallant, y contra tres líderes de Hamás.
Jan acusó a los tres líderes de Hamás —Yahya Sinwar, Mohammed Diab Ibrahim Masri e Ismail Haniyeh— de crímenes, incluido exterminio, toma de rehenes y violencia sexual, y a los dos líderes israelíes de crímenes como exterminio, uso del hambre como arma de guerra y ataques intencionales contra civiles.
"No los amenacen, no intenten influir en su decisión, en ocasiones con amenazas y descalificaciones muy duras", añadió el jefe de la diplomacia del bloque europeo.
Israel negó haber cometido crímenes de guerra en la Franja de Gaza, afirmó que la CPI no tiene jurisdicción en el país e instó a los países a que repudien lo que considera un tribunal deshonesto con motivaciones políticas. Hamás también rechazó las acusaciones contra sus líderes.
En un paso adicional que aumentó el aislamiento político de Israel esta semana,
España, Noruega e Irlanda anunciaron que reconocerán un Estado palestino independiente a partir del 28 de mayo.
Tel Aviv dijo que tal reconocimiento equivale a recompensar a Hamás por
los ataques del 7 de octubre y que fortalecería al grupo palestino. Borrell rechazó esta crítica.
El diplomático señaló además que
otros países europeos están considerando reconocer un Estado palestino, pero no ofreció más detalles. Dijo que
criticar las acciones del Gobierno israelí no debería de ser considerado antisemita.
"Cada vez que alguien toma la decisión de apoyar la construcción del Estado palestino, algo que todos en Europa apoyan (...) la reacción de Israel es transformar eso en un ataque antisemita", añadió.