No es no
Como un martillo pilón, Europa sigue rechazando los constantes pedidos de Ucrania —que van desde las exigencias, hasta los ruegos— para que le suministren más sistemas antiaéreos. La secuencia que ha encarnado Kuleba en este sentido, ya roza el teatro del absurdo.
El pasado viernes, Kuleba, reveló que estaba llevando a cabo negociaciones activas con sus aliados por el suministro de este tipo de armamento. Como respuesta, el Ministerio de Defensa de Alemania, que había proporcionado dos Patriot a Kiev, afirmó que no puede proporcionar más complejos de momento.
Por su parte, el presidente de Polonia, Andrzej Duda, también descartó el envío de los sistemas Patriot a Ucrania. "En Polonia, solo empezamos a construir nuestro sistema de defensa antimisiles Patriot. Todavía no está listo en Polonia, así que no tenemos nada que donar, aunque quisiéramos", se justificó.
Anteriormente, The Washington Post había informado que Kuleba había decidido adoptar una postura mucho más dura para conseguir que los países occidentales le suministren los sistemas antiaéreos Patriot.
Mientras, este lunes el canciller ucraniano, volvió a insistir en el tema, pero su tanteo fue en otro tono. En una entrevista que concedió a TSN publicada el domingo, dijo: "Cuando nos sentamos a puertas cerradas, les digo a todos los socios: 'Queridos, lo que quieran: quieren alquilarlo [el sistema de defensa aérea Patriot], dénnoslo en alquiler. Si lo quieren para cubrir su frontera, vale, pero dénnoslo'". Como dice el viejo refrán popular, a estas alturas a Kuleba 'cualquier autobús le deja en la puerta'.
En opinión del doctor en Relaciones Internacionales, Alberto Hutschenreuter, autor del libro El descenso de la política mundial en el siglo XXI, esta situación "de alguna manera está mostrando que Rusia ha logrado ganancias de poder" en el conflicto.
"Finalmente, ha pasado lo que no todos esperaban, pero aquellos bien informados podían advertir: que en algún momento la ayuda internacional a Ucrania iba a comenzar a mermar, e incluso iban a aparecer algunas grietas dentro de la alianza occidental, entre aquellos dispuestos a continuar suministrando armas eternamente a Ucrania, como Francia, por ejemplo. Yo creo que aquí el presidente francés tuvo una sobreactuación, incluso habló de enviar efectivos de la OTAN a Ucrania. No habló más del tema, claramente. Y esto está mostrando que Ucrania está perdiendo la guerra", sentencia el Dr. Hutschenreuter.
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