En primer lugar, "es un ataque en territorio de un Estado vecino, con el cual, además, Israel no está en guerra, por eso puede considerarse una acción agresiva del Estado judío", dijo Ordzhonikidze.
"Israel atacó esencialmente dos países, Siria e Irán, con este ataque único. Eso está repleto de peligro en el sentido de que se tornará en un boomerang y eventualmente podría transformarse en una bola de nieve, en una gran confrontación", alertó Ordzhonikidze.
"Creo que esta es la autoconfianza de un poder que no tiene motivos serios. No deberían pensar así. Al final, sus propiedades y sus ciudadanos podrían ser atacados, no solo en Israel, sino también en terceros países [como resultado de una posible represalia]", observó el exsubsecretario general de la ONU.
En general, el Occidente colectivo acostumbra a cerrar los ojos a todas y cada una de las acciones de Israel porque "Europa occidental no tiene una política exterior independiente" y "se alinea en sincronía con el comando de Washington", de acuerdo con el diplomático ruso.
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