El ataque, que según datos provistos por autoridades ha dejado por lo menos 60 muertos y 145 heridos —varios de ellos niños—, ha sido catalogado por el Gobierno de Rusia como un
"acto terrorista", aunque por el momento no ha habido declaraciones oficiales precisando sobre quiénes estarían detrás de la masacre.
De acuerdo con las imágenes capturadas en el momento de los hechos, un grupo de personas vestidas de camuflaje ingresaron al recinto alrededor de las 8 de la noche (hora local) portando armas largas y comenzaron a disparar contra una multitud que se encontraba esperando que comenzara el concierto de la banda de rock Picnik.
A la vez, el edificio que alberga la sala de concierto, con una capacidad para 6.200 personas, fue incendiado en su parte superior.
Para Nayar López Castellanos, politólogo internacionalista mexicano egresado de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), se trata de
"sin dudas un acto repudiable" que debe ser condenado de la forma más enérgica posible, como lo han estado haciendo
la totalidad de los países de América Latina.
En ese sentido, el experto destacó la rapidez y contundencia "de los gobiernos con mayor visión de paz en la región, desde México, Brasil, Cuba, Venezuela, Bolivia y varios otros, para repudiar esta matanza insensata (...) que debe ser investigada hasta sus últimas consecuencias".
"Si bien es una obviedad, vale aclarar que no es lo mismo una confrontación directa entre ejércitos militares en términos que se establecen dentro de la Convención de Ginebra, a un atentado de esta naturaleza contra población civil que no está armada", añadió.
López Castellanos reflexiona que si bien no se han señalado responsables hasta el momento, resulta llamativo que el atentado ocurra en Moscú, el centro del poder ruso, y a pocos días del contundente triunfo electoral del presidente, Vladímir Putin, que obtuvo más del 87% de los votos en unos comicios que marcaron un récord de participación en la historia de las elecciones rusas.
En un mismo sentido, el profesor de relaciones internacionales Javier Gámez, quien ejerce en el Instituto Rosario Castellanos y la UNAM, le dijo a Sputnik que el ataque confirma una vez más que existe una campaña en la actualidad para promover el conflicto en territorio ruso y sus naciones limítrofes, con el objetivo de provocar una reacción del Gobierno del país euroasiático.
El analista señala que se trata de un evidente intento de "desestabilización" a la cotidianidad rusa, cuya economía se ha mostrado sorpresivamente resiliente a los intentos de boicot económico y diplomático de Occidente de los últimos dos años, buscando instalar el caos en una nación próspera y pacífica.
Si bien el experto mexicano dejó en claro que no cuenta con elementos suficientes para señalar a los responsables de la matanza, indica que
el ataque puede enmarcarse dentro de la campaña de confrontación y hostilidad que se viene llevando adelante contra Rusia en el último tiempo.
En ese sentido, añade que un acto terrorista de este nivel cambia el escenario y abre la puerta para
una respuesta militar decisiva por parte de Rusia hacia los actores que estén detrás de esta "despreciable" acción.