"[Sanders] señala que los precios de la guerra han subido astronómicamente, y eso es básicamente lo que hemos estado viendo aquí, guerras interminables para Estados Unidos, al menos desde 2001 hasta ahora, y no tenemos nada que mostrar por ellas en términos de lo que salió de ellas en términos de beneficios para el mundo, por no hablar del pueblo estadounidense", subraya el especialista.
"El Departamento de Defensa en particular, y lo he visto de primera mano, ha hecho un punto cuando hacen contratos de defensa en sistemas de armas particulares; se aseguran de que tantos distritos del Congreso como sea posible compartan la contratación de trabajo y la producción de esas [armas]. De ese modo, si algún sistema de armamento se suprime del presupuesto, pueden enviar a la gente de ese distrito a gritar a sus congresistas. E invariablemente se restablece, o incluso se aumenta", dijo Maloof, citando el ejemplo del astronómicamente caro caza F-35 como ejemplo.
"Somos el país más rico del mundo, no cabe duda. Pero hemos aplicado [nuestra riqueza] principalmente al Ejército en lugar de ayudar a otros países a construir de forma constructiva. Y, sin embargo, estamos viendo que, por ejemplo, China, con su Iniciativa Belt and Road, está intentando hacer eso. Sí, tiene problemas, pero está construyendo infraestructuras, no destruyendo, como hemos estado haciendo nosotros en Oriente Medio y Asia Central todos estos años", resume el analista.
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