Se tenía que decir, y se dijo
"Creo que es más fuerte quien ve la situación, quien piensa en el pueblo, quien tiene el valor de la bandera blanca, de negociar. Y hoy se puede negociar con la ayuda de las potencias internacionales. La palabra 'negociar' es una palabra valiente. Cuando ves que estás derrotado, que las cosas no van bien, debes tener el valor de negociar. Te da vergüenza, pero ¿con cuántos muertos acabará?", dijo el sumo pontífice.
Ante estas palabras, el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, reaccionó virulento: pese a no mencionar explícitamente al Papa, insinuó que Francisco está llevando a cabo una "mediación virtual".
Previamente, el canciller ucraniano, Dmitri Kuleba, también había reaccionado a las palabras del Papa, afirmando que "el más fuerte es aquel que, en la batalla entre el bien y el mal, se pone del lado del bien en lugar de intentar ponerlos en pie de igualdad y llamarlo 'negociaciones'".
Para el doctor en Ciencias Políticas Mariano Ciafardini, las palabras del sumo pontífice son realistas. "Ya todo el mundo sabe que la guerra está terminada para Ucrania, que no tiene ninguna posibilidad de lograr ningún tipo de triunfo, y por el contrario, las fuerzas rusas cada día avanzan más. Si pasa el tiempo, van a ser más los territorios ucranianos en manos rusas, incluso hasta va a peligrar la salida de Ucrania al mar", observa el analista.
"Lo que está diciendo el Papa, con realismo, es que se inicien las conversaciones de paz, que es lo que está diciendo toda la humanidad consciente de que ese es un conflicto que simplemente está llevando a Ucrania a una masacre, a una pérdida de vidas totalmente inútil", sentencia Ciafardini.
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