"No dan los tiempos", admitió en una entrevista con el medio Cenital.
El mandatario, que se encuentra de viaje oficial por Israel, advirtió que adaptar el sistema financiero "puede llevar un piso [mínimo] de un año". "Sin embargo, ello no quiere decir que los individuos usen al dólar como moneda", puntualizó.
El presidente añadió que hay alternativas a la divisa estadounidense. "Por ejemplo, un petrolero es probable que use el WTI; alguien del gas usará BTU; en el campo, Soja Chicago", ejemplificó.
Para la actual gestión, "la dolarización es el paso final de todo un proceso que arranca con el saneamiento del Banco Central de la República Argentina [BCRA] para luego avanzar en la reforma del sistema financiero", antes de dar por liquidada la autoridad monetaria.
"Si mantuviéramos el actual ritmo de saneamiento del BCRA, recién estaría limpio a final de junio", estimó el líder de la coalición La Libertad Avanza (ultraderecha).
Los planes de estabilización del Gobierno se centran en un decreto de necesidad y urgencia (DNU) que pretende desregular la economía y una ley ómnibus, que debate el Congreso en la actualidad, que confiere facultades legislativas al presidente y plantea la privatización de empresas públicas.
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