"Estados Unidos está extremadamente preocupado por las acusaciones de que
12 empleados de la UNRWA (siglas en inglés de la agencia) podrían haber estado involucrados en el ataque terrorista de Hamás contra Israel el 7 de octubre",
detalló la dependencia federal norteamericana en un comunicado.
Asimismo, la oficina reveló que el 25 de enero el secretario de Estado del país angloparlante, Antony Blinken, sostuvo una reunión con el secretario general de las Naciones Unidas, Antonio Guterres, para solicitarle una investigación independiente sobre las acusaciones de involucramiento entre la UNRWA y Hamás.
El Gobierno estadounidense también reconoció el papel vital que desempeña la agencia y aseguró que se puso en contacto con Gobierno de Israel para solicitar más información sobre los señalamientos.
Según declaraciones del ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, al menos una docena de trabajadores de la UNRWA habría participado en los ataques de Hamás contra Tel Aviv.
La UNRWA
dio a conocer que inició una investigación independiente por las acusaciones "extremadamente graves" que presuntamente involucran a miembros de su personal en el ataque sorpresa, que derivó en una nueva escalada de hostilidades en la que Israel ha asesinado a más de 26.000 mil palestinos en menos de cuatro meses, de acuerdo con recuentos de autoridades locales.
De acuerdo con el comisionado general de la Agencia para los Refugiados Palestinos, Philippe Lazzarini, Guterres manifestó estar horrorizado, por lo que solicitó una investigación rápida para garantizar la estabilidad y credibilidad de la agencia.
"Las autoridades israelíes han proporcionado a UNRWA información sobre la supuesta implicación de varios empleados de la agencia en los horribles atentados del 7 de octubre en Israel", dijo Lazzarini.
El 7 de octubre de 2023, el movimiento palestino radical
Hamás atacó Israel desde la Franja de Gaza, causando unos
1.200 muertos, cerca de
5.500 heridos y capturando a unos 250 rehenes.
En represalia, Israel
declaró la guerra a Hamás e inició ataques masivos contra instalaciones civiles y de distinta naturaleza en Gaza, impuso un bloqueo total al enclave palestino y cortó el suministro de agua, alimentos, medicinas, electricidad y combustible.
Hasta la fecha, los bombardeos israelíes han asesinado a más de 26.000 palestinos y dejado al menos 64.500 heridos en el enclave.