"Es lo contrario de una fórmula de paz. Es una demanda infantil de rendición incondicional rusa, de que Rusia retire todas sus tropas del territorio ucraniano, incluida Crimea, entregue a la población de Crimea y Donbás a la tierna misericordia de los neonazis de Azov*", afirmó el analista de seguridad, Mark Sleboda, en comentarios a Sputnik.
El batallón Azov es un grupo paramilitar neonazi ucraniano fundado en mayo de 2014 en la ciudad de Mariúpol, en la zona costera del mar de Azov, del que toma su nombre. Su fundación se realizó bajo el patrocinio del entonces ministro del Interior ucraniano, Arsén Avákov.
El grupo alistó a todo tipo de radicales ultranacionalistas que participaron en el golpe de Estado del 2014 en Kiev. Su emblema oficial está compuesto por el Wolfsangel y el Sol negro, utilizados por la Alemania nazi.
Es reconocido en Rusia como una organización terrorista y extremista, y su actividad está prohibida.
"Incluso este artículo del New York Times, si te desplazas lo suficiente hacia abajo, repasa la lista de demandas y luego dice que los analistas e incluso los políticos que respaldan la propuesta consideran que todas estas demandas son inalcanzables, dado el actual equilibrio de fuerzas en el campo de batalla. Lo que es una bonita forma de decir que el Gobierno de Kiev está perdiendo", destacó Sleboda.
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