Previamente, el canciller alemán, Olaf Scholz, mantuvo una conversación telefónica con el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, en la que acordaron continuar la ayuda financiera, militar y humanitaria a Ucrania.
Desde noviembre del año pasado, el ministro de Defensa alemán, Boris Pistorius, aseguró que Berlín duplicaría sus fondos para Kiev hasta unos 8.000 millones de euros, como señal de que "no defraudamos" al país gobernado por Zelenski.
A finales de 2023, el Gobierno de Scholz había asignado otros 4.000 millones de euros para Kiev, pero "la experiencia que tuvimos este año [2023] demostró que las cantidades destinadas se agotaron rápidamente".
Los nuevos fondos alemanes a Ucrania constituyen una ayuda directa que es adicional al apoyo que se brinda a Zelenski a través de diversos fondos de la Unión Europea (UE), según dijo el propio Scholz.
Con un total de 22.000 millones de euros ya asignados a Ucrania, Alemania actualmente es el segundo mayor patrocinador de ese país en el marco del conflicto ucraniano, que ya casi cumple dos años de haber comenzado. Alemania ha entregado a las tropas ucranianas tanques Leopard, blindados, municiones y sistemas de defensa antiaérea.
Scholz ha dicho en varias ocasiones que, pese a la crisis presupuestaria, Berlín continuaría ayudando a Kiev en 2024. Y es que en noviembre pasado, el Ministerio de Finanzas del país germano congeló hasta finales de 2023 el presupuesto para gastos adicionales del Gobierno.
La medida afectó a casi toda la asignación presupuestaria de varios ministerios del país, incluida la financiación de las medidas gubernamentales para mantener los precios de la energía y la electricidad, así como el Fondo de Estabilización Económica.
El 2023 no fue un buen año para Alemania en términos económicos, pues la que es considerada la mayor economía europea terminó en recesión al registrar una contracción en el Producto Interno Bruto (PIB).
Según los primeros cálculos de la Oficina Federal de Estadística (Destatis) de Alemania, el PIB ajustado a los precios se contrajo un 0,3% en 2023, comparado con el crecimiento que alcanzó esa economía registrado en 1,8% en 2022.
La caída de la economía alemana se debió a la persistente inflación, los altos precios de la energía —en buena medida como consecuencia de la crisis ucraniana— y la debilidad de la demanda exterior.
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