El 6 de febrero, dos potentes terremotos de magnitudes 7,8 y 7,5 sacudieron el sureste de Turquía con nueve horas de diferencia, seguidos de varios miles de temblores más. Están considerados como los sismos más mortíferos después del de Haití de 2010. En Turquía, donde fue declarado un período de luto de siete días, murieron más de 50.500 personas, en Siria, más de 8.400, decenas de miles más sufrieron.
En la foto: labores de rescate en la ciudad turca de Diyarbakır, el 6 de febrero de 2023.
Equipo de construcción retira los escombros de un edificio de apartamentos, destruido por un terremoto en Alepo, Siria, el 7 de febrero de 2023.
El 18 de abril fue producido un enorme corrimiento de tierras en la carretera que une Pakistán y Afganistán, cerca de la ciudad fronteriza paquistaní de Torkham. Más de 20 camiones quedaron atrapados bajo los escombros, 7 personas murieron y docenas más resultaron heridas.
En la foto: socorristas trabajando en el lugar del deslizamiento.
A principios de mayo ocurrieron inundaciones mortales en la República Democrática del Congo. El número de víctimas superó las 440. El 8 de mayo fue declarado día de luto nacional en el país.
En la foto: una casa destruida por las inundaciones en el pueblo de Nyamukubi.
Las intensas lluvias de mayo provocaron inundaciones generalizadas en Emilia-Romaña, en el norte de Italia. En las dos semanas transcurridas desde el 2 de mayo, la región recibió un equivalente de 7 meses de precipitaciones, que provocaron el desbordamiento de 23 ríos. Unas 17 personas murieron y otras 50.000 fueron obligadas a abandonar sus hogares.
En la foto: calles inundadas en la ciudad de Lugo.
Las fuertes lluvias de julio causaron inundaciones y corrimientos de tierra generalizados en Corea del Sur, que afectaron sobre todo a los residentes de las provincias de Chungcheong del Norte y Gyeongsang del Norte. Unas 50 personas murieron víctimas del desastre natural. Las lluvias han sido las más intensas de los últimos 115 años en Corea del Sur.
En la foto: Rescatistas buscando supervivientes en una carretera inundada que conduce a un túnel en Cheongju.
A mediados de año, los incendios arrasaron las regiones de Italia, España, Portugal, Albania, Turquía y Grecia. Más de 40 personas murieron víctimas de incendios en los países mediterráneos, donde el calor superó en algunos lugares los 45 grados Celsius, casi la mitad de ellas, en Grecia. Miles de personas fueron obligadas a abandonar sus hogares.
En la foto: un bombero con animales rescatados en la isla griega de Rodas, el 24 de julio de 2023.
El 30 de julio, el incendio forestal de York asoló California y arrasó miles de hectáreas de la Reserva Nacional de Mojave, una de las mayores reservas del estado, quemando un gran número de los famosos árboles de Josué.
En la foto: lucha contra el fuego en la Reserva Nacional de Mojave.
En julio y agosto ocurrieron diversas y severas inundaciones en China. Fueron causadas por las lluvias más intensas de los últimos 140 años, provocadas por el supertifón Doksuri. En Pekín, el agua se llevó no solo automóviles, sino también puentes. El norte y noreste del país fueron las zonas más afectadas.
En la foto: evacuación de residentes en Zhuozhou, provincia de Hebei.
En agosto, una serie de mortíferos incendios forestales arrasaron Hawái, principalmente la isla de Maui. Como consecuencia, 145 personas murieron en la ciudad de Lahaina.
En la foto: edificios y automóviles quemados en Lahaina, el 22 de agosto de 2023.
En agosto, fuertes lluvias anegaron el centro y el sur de Chile, provocando inundaciones y corrimientos de tierra. Se registraron dos muertos, 26.000 personas quedaron aisladas del mundo exterior y unas 40.000 sin electricidad.
En la foto: al norte de Viña del Mar, Valparaíso, un edificio residencial de lujo, fue puesto al borde de un acantilado por un corrimiento de tierras.
El 8 de septiembre, un sismo de magnitud 6,8 sacudió Marruecos. Murieron unas 3.000 personas. Los monumentos históricos de Marrakech sufrieron daños. El sismo también fue sentido en España, Portugal, Argelia y otros países.
En la foto: los habitantes de un pueblo de la cordillera del Atlas, afectado por el terremoto, esperando ayuda.
En Libia ocurrieron devastadoras inundaciones como consecuencia del ciclón Daniel, que azotó el noreste del país el 10 de septiembre y causó la muerte de más de 3.000 personas. La ciudad portuaria de Derna fue la más afectada, con el colapso de dos presas que crearon una situación catastrófica.
En la foto: un socorrista argelino ayuda a reparar las consecuencias de las inundaciones en la ciudad de Derna.
El 4 de octubre, el Estado indio de Sikkim, fue golpeado por las inundaciones más fuertes del último medio siglo. Como consecuencia de las fuertes lluvias, el lago glaciar South Lhonak se desbordó, provocando inundaciones en el río Tista y destruyendo una presa. Un total de 15 puentes del estado fueron arrasados y su parte norte quedó aislada del resto de la India debido a la destrucción de la carretera nacional. Más de 80 personas murieron a causa de las inundaciones.
El 7 de octubre, dos fuertes sismos de magnitud 6,3 ocurrieron con media hora de diferencia en la provincia afgana de Herat, causando 2.530 muertos y 9.240 heridos.
En la foto: un adolescente afgano ante la tumba de su hermano menor fallecido en el terremoto.
Un fuerte sismo de magnitud 6,4 sacudió Nepal el 3 de noviembre en el distrito de Jajarkot, en la frontera con la India. Según las autoridades, al menos 153 personas murieron y varios cientos resultaron heridas. Viviendas, escuelas, hospitales y otros edificios quedaron destruidos.
En la foto: una residente local llorando en la casa donde su nieto, su hijo y su nuera fallecieron en el terremoto.
El 25 de octubre, el huracán Otis, uno de los más potentes de la historia de México, azotó la costa sur del país, dejando el famoso balneario de Acapulco en ruinas e incomunicado.
En la noche del 19 de diciembre, un fuerte sismo de magnitud 6,2 sacudió la provincia de Gansu, en el noroeste de China, que causó la muerte de unas 150 personas. La situación se complicó por un brusco descenso de las temperaturas. El abastecimiento de agua, la electricidad, el transporte, las comunicaciones y otras infraestructuras resultaron dañados en la zona de la catástrofe.
En la foto: un coche aplastado por los escombros de un edificio derrumbado en la ciudad de Dahejia, provincia de Gansu.