El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, pidió a los medios de comunicación que informaran sobre la economía "de la manera correcta", según una transcripción publicada por la Casa Blanca el 24 de diciembre.
El mandatario se enfrenta a las cifras más bajas de las encuestas para un presidente en esta etapa de su mandato, incluidas las bajas calificaciones de la economía, a pesar de las altas tasas de empleo y la desaceleración de la inflación.
"Todo bien, echen un vistazo. Empiecen a informar de la manera correcta", respondió Biden cuando le preguntaron por sus perspectivas económicas para el país.
El desempleo se sitúa en el 3,7%, justo por encima del nivel previo a la pandemia, del 3,5%, que fue un mínimo histórico. La inflación anual también bajó de un récord del 9,1% en junio de 2022 a un 3,5% en noviembre.
A pesar de estas cifras, aparentemente sólidas, los estadounidenses no han expresado su confianza en la economía ni en la gestión de la misma por la actual Administración. Según la encuesta, realizada por la empresa estadounidense de análisis, Gallup, en noviembre, solo el 32% de los estadounidenses aprobaba la gestión de la economía por parte de Biden.
El jefe de Estado de EEUU y sus aliados insistieron en que la economía es sólida y culpan a los medios de comunicación de la desconexión con los votantes. Sin embargo, hay indicios de que la situación puede no ser tan halagüeña como indican las estadísticas superficiales.
El número de personas sin hogar aumentó un 12% en 2023, alcanzando su nivel más alto registrado. Los estadounidenses recurren cada vez más a sus ahorros y, hasta el mes pasado, los precios de los alimentos superaban a la inflación general, lo que supone una carga adicional para los bolsillos de los votantes.
Además, el 61% de los estadounidenses vive de cheque en cheque y el 74% dice que está estresado por sus finanzas. Parte de ello puede deberse a que los salarios nunca alcanzaron a la inflación, y los estadounidenses suelen estar acostumbrados a una inflación del 2%.
Aunque la inflación se ha ralentizado significativamente desde su punto álgido, este aumento se suma al ya histórico que sufrieron los consumidores el año pasado. Hasta que los salarios lleguen a crecer al mismo ritmo que la inflación, es probable que los estadounidenses sigan sintiéndose estresados financieramente.
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