Nubarrones a la vista
Según el organismo, el crecimiento está perdiendo impulso en muchos países y no aumentará hasta 2025, cuando los ingresos reales se recuperen del shock inflacionario y los bancos centrales hayan comenzado a reducir los costos de endeudamiento. Asimismo, pronostica que el Producto Interno Bruto [PIB] mundial se expandirá solo un 2,7% el próximo año tras un débil 2,9% en 2023. Según la evaluación, el ritmo aumentará a 3% en 2025.
Además, la OCDE comunicó que los riesgos para el pronóstico se inclinan a la baja en medio de una escalada en las tensiones geopolíticas, una perspectiva incierta para el comercio y el riesgo de que una política monetaria estricta pueda perjudicar más de lo esperado a las empresas, el gasto de los consumidores y el empleo.
Este escenario era bastante esperado, según el Dr. Armando Fernández Steniko. "Los bancos centrales llevan algún tiempo inyectando liquidez en el sistema para hacer frente a la crisis del 2008, que es una crisis que amenazó con la propia estabilidad del sistema financiero occidental".
El analista abunda que "luego vino el Covid, se mantuvo la misma política, y luego vino la guerra en Ucrania, que como todos sabemos, fue financiada por el gasto público en armas de origen norteamericano y también europeo. Eso no ha hecho más que agudizar el problema de la inflación, era una situación perfectamente esperable. Lo nuevo es que esta inyección sistemática de liquidez, era considerada por algunos teóricos, como susceptible de ser ilimitada", observa Fernández Steinko.