"Lo calificamos como un nuevo paso hostil destinado a destruir las relaciones ruso-moldavas. No cabe duda de que no dejaremos estas acciones sin respuesta", afirmó María Zajárova en una rueda informativa.
Moldavia decidió sumarse a cuatro de los seis paquetes de sanciones contra Rusia, que "de una forma u otra apuntan a ciudadanos o personas jurídicas de Rusia". Las relaciones entre Rusia y Moldavia comenzaron a deteriorarse después de que la presidenta moldava, Maia Sandu, que sigue una política proeuropea, llegara al poder a finales de 2020.
En un principio, Sandu declaró que Chisinau no se sumaría a las sanciones occidentales contra Rusia, pero el pasado 17 de marzo, en un discurso especial ante los diputados del Parlamento, subrayó que las autoridades del país habían elegido exclusivamente el camino europeo de desarrollo. Además, Sandu anunció planes de adhesión a la Unión Europea para 2030 y aseguró que la Comunidad de Estados Independientes (CEI) no ayuda al desarrollo del país.
Según los sondeos de opinión pública, la mayoría de los moldavos está a favor de mantener los lazos económicos, políticos y culturales con Rusia. Moscú pidió a Chisinau escuchar los intereses de sus propios ciudadanos y no obstaculizar el desarrollo de los contactos humanos y los vínculos interregionales con Rusia.