"A menudo, el enemigo instala barreras enteras de minas, lo que hace imposible que los vehículos circulen por las carreteras de los asentamientos liberados", señaló el Ministerio de Defensa ruso.
Se envía un dron con una carga explosiva a la mina detectada. El operador baja con cuidado la carga directamente sobre la munición, luego despega y abandona la zona peligrosa a una velocidad máxima posible de más de 100 km/h. El zapador detona a distancia la carga y la mina debajo de ella.
El método resulta especialmente útil para la retirada de minas de la OTAN. Estos modelos suponen el mayor peligro para los zapadores porque están equipadas con sensores sísmicos y láser y uno no puede acercarse a ellos sin un riesgo adicional, destacan desde el Ministerio de Defensa.