"No tiene por qué gustarme el presidente de Chile, de Argentina, de Venezuela. No tiene que ser mi amigo. Él tiene que ser presidente de su país y yo del mío (...). Uno no puede tener supremacía sobre el otro, tenemos que llegar a un acuerdo. Este es el arte de la democracia", dijo el mandatario durante un evento de la escuela de formación del Ministerio de Relaciones Exteriores.
Durante la campaña electoral,
Javier Milei aseguró que, de ser electo presidente del país sudamericano,
rompería las relaciones con China y Brasil —aun cuando se trata de los principales socios comerciales de Buenos Aires—, por considerarlos socialistas. Además, adelantó que no se reuniría con
Lula, a quien tildó de
"comunista y corrupto". A pesar de todo, el presidente brasileño mencionó que, ante los posibles problemas políticos tras el triunfo de Milei, en lugar de quejarse hay que ser inteligentes e intentar resolver cualquier diferencia.
Por su parte,
Pekín declaró que sería un gran error para Argentina cortar los lazos con "países tan grandes como Brasil y China".
La portavoz de la Cancillería del país asiático, Mao Ning, recordó este 21 de noviembre que el gigante asiático "es el segundo socio comercial de Argentina y el primer mercado de exportación de sus productos agrícolas".
La posible suspensión de la cooperación de Argentina con China y Brasil pone en peligro el comercio de estos países, que registra como término medio 4.200 millones de dólares al mes, según un análisis que efectuó Sputnik, basándose en los datos estadísticos argentinos.
El comercio de Buenos Aires con Brasil y Pekín en nueve meses del año en curso se situó en 38.000 millones de dólares.
De enero a septiembre de 2023, China suministró a Argentina productos por 11.000 millones de dólares y adquirió productos argentinos por 3.960 millones de dólares, de ahí que el balance comercial resultó ser a favor de China a nivel de unos 7.000 millones de dólares.