Al elaborar la clasificación, la empresa turística Holidu comparó el número medio de muertes y accidentes con el número de visitantes.
La comparación no favoreció al Mont Blanc, la montaña más alta de los Alpes y la segunda de Europa. Aquí mueren cada año unos 100 turistas.
Las autoridades del cercano municipio de Saint-Gervais propusieron cobrar a los viajeros una fianza de 15.000 euros por escalar para disuadir a los escaladores inexpertos y compensar parte de los costos de las labores de rescate.
Ben Nevis, la montaña más alta de Escocia y de todo el Reino Unido, está reconocida como la segunda más peligrosa. Cada año fallecen aquí entre 6 y 7 personas.
En tercer lugar aparece el monte Fuji, en Japón. En 2017, 7 personas murieron mientras escalaban aquí.
La montaña más alta del mundo, el Everest, solo ocupó el cuarto lugar, a pesar de que el 2023 ya han muerto allí unas 20 personas. En total, más de 330 escaladores, aficionados y profesionales han fallecido en esta montaña en la historia del alpinismo. El Everest está situado en el Himalaya, en la frontera entre China y Nepal.
El Kilimanjaro, el estratovolcán más alto de África, situado en el noreste de Tanzania, completa los cinco primeros puestos. Según las estadísticas, aquí mueren 10 personas anualmente, la mayoría a causa del mal de montaña.
El parque nacional más peligroso es Yosemite, en EEUU, con sus numerosas rocas, acantilados y cascadas. Además, es el hogar de varios cientos de osos negros, a los que atrae el olor a comida de los campamentos turísticos. En el año 2022 fueron 11 personas las que murieron en Yosemite.
En la foto: una ceremonia de boda en el acantilado de Taft Point, en el Parque Nacional de Yosemite.
La Montaña de la Mesa es la tarjeta de visita de Ciudad del Cabo, la segunda ciudad más grande de Sudáfrica. Este lugar es peligroso sobre todo por los frecuentes incendios naturales y las serpientes que viven en la espesura.
Los viajeros llaman al Cervino, en la frontera entre Suiza e Italia, la montaña más bella de Europa. Sin embargo, su belleza es muy peligrosa: 3 o 4 personas fallecen cada año al intentar escalar este pico alpino. El número total de muertes en la historia conocida del alpinismo supera ya las 500.
El Gran Cañón, en EEUU, está considerado con razón uno de los parajes naturales más impresionantes de nuestro planeta. Más de 4 millones de personas lo visitan cada año. Sin embargo, bajo ciertas condiciones climáticas, puede ser muy peligroso. Desde 2018, al menos 56 personas desaparecieron y al menos 6 fueron encontradas muertas.
Los acantilados de Moher, en la costa atlántica de Irlanda, tienen una altura relativamente baja, de 120 a 214 metros, pero en ellos muere un promedio de 9 personas cada año. La causa más común son las fuertes y repentinas ráfagas de viento, que literalmente hacen caer a la gente por los escarpados acantilados.
Las cascadas de Kaaterskill, situadas en el estado de Nueva York, están reconocidas como las más peligrosas. Muchos turistas vienen aquí cada año para hacer sesiones fotográficas. El 2023 cuatro de ellos se cayeron mientras se hacían selfies.
En el Parque Nacional de las Cascadas del Norte, en el estado norteamericano de Washington, la combinación de laderas escarpadas y nevadas extremadamente intensas con el aumento de las temperaturas a finales de invierno crea condiciones favorables para las avalanchas. Entre 2007 y 2021 murieron aquí 14 personas. Algo más de 25.000 personas visitan el parque cada año.
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