El papa Francisco emprendió el 1 de septiembre un viaje apostólico a Mongolia de cinco días de duración. Al sobrevolar el espacio aéreo de la República Popular China (RPCh), el pontífice envió un saludo a su presidente, Xi Jinping, y al pueblo chino, deseándoles lo mejor.
"China y el Vaticano llevan años cooperando, la RPCh está preparada para contribuir al acercamiento con el Vaticano, sostener un diálogo constructivo, fortalecer la comprensión mutua, acumular la confianza mutua y promover el proceso de mejoramiento de las relaciones bilaterales", señaló.
El pontífice en su mensaje aseveró que reza por el bienestar de la nación china y pide la bendición de Dios para que viva unida y en paz. Francisco envió mensajes similares también a los líderes de Croacia, Bosnia y Herzegovina, Serbia, Montenegro, Bulgaria, Turquía, Georgia, Azerbaiyán y Kazajistán.
China y la Santa Sede no tienen relaciones diplomáticas plenas, debido a que el Vaticano reconoce a Taiwán.
En septiembre de 2018, la Santa Sede y China firmaron el llamado "acuerdo provisional" sobre la designación de obispos, que se prorrogó en 2020 y 2022. Según el Vaticano, con este acuerdo se persigue el objetivo de que los católicos chinos tengan obispos que mantienen contactos plenos con el pontífice y al mismo tiempo estén reconocidos por las autoridades de China.
El primer ministro de China, Li Qiang, visitará Indonesia del 5 al 8 de septiembre para participar en eventos de la Asociación de Naciones de Asia Sudoriental (ASEAN), declaró también Wenbin.
Además de participar en los formatos multilaterales, Li Qiang tiene previsto reunirse con los líderes de Indonesia en el marco de su visita oficial al país.
La ASEAN está conformada por Tailandia, Indonesia, Singapur, Malasia, Brunei, Filipinas, Myanmar, Vietnam, Laos y Camboya. Rusia, Australia, la India, Canadá, China, Nueva Zelanda, la República de Corea, EEUU y Japón tienen el estatus de socios de diálogo de la ASEAN. La presidencia en la organización es rotativa, en 2023 la ejerce Indonesia.