Alemania se enfrenta a un mayor declive económico y a la desindustrialización, declaró a German Press Agency Friedrich Merz, presidente de la Unión Demócrata Cristiana del país. Señaló los sombríos indicadores económicos del Estado, entre los que se incluyen un aumento del desempleo en verano, una contracción de la producción industrial y un aumento del 16% de las quiebras en el primer semestre de 2023.
Sus palabras llegan después de que el FMI afirmara que Alemania sería la gran economía del mundo con peores resultados en 2023, ya que el sector manufacturero del país sigue bajo presión.
Los datos del FMI muestran que la economía alemana sufrirá la única contracción del Grupo de los Siete (G7) antes de finales de año con una
caída prevista del 0,3% del producto interior bruto (PIB) del país. Es una cifra que, si bien no es significativa, no se había visto al menos desde 2003, cuando Berlín comenzaba a tener mejoras financieras tras casi una década de estancamiento.
De acuerdo con el Instituto Ifo de Investigación Económica, el índice del clima empresarial alemán bajó a 87,3 puntos en julio, frente a los 88,6 del mes pasado y la previsión de consenso de 88,0. El índice se calcula a partir de una encuesta a unas 9.000 empresas alemanas y sigue siendo el principal indicador de la situación económica del país.
Paolo Raffone, analista estratégico y director de la Fundación CIPI en Bruselas, declaró a Sputnik que "el suministro energético fiable, a largo plazo, de bajo costo y abundante de Rusia fue fundamental para el desarrollo y la fortaleza del sector industrial alemán".
En sus palabras,
la destrucción de los gasoductos Nord Stream en septiembre de 2022 fue "altamente simbólica y
tuvo tremendas consecuencias para la economía alemana".
Raffone advirtió que "sin los convenientes suministros energéticos rusos, Alemania entró en un periodo de dificultad industrial que repercute en la economía general y en la vida de las personas".
El colapso de Nord Stream y la medida de Berlín de unirse a las sanciones energéticas de Occidente contra Rusia "no son la única fuente del declive económico de Alemania", aseguró a Sputnik Gunnar Beck, miembro del Parlamento Europeo por el partido de Alternativa para Alemania.
Los países europeos viven una crisis energética debido a las restricciones de sus gobiernos contra los combustibles rusos por
la operación militar especial en Ucrania. El presidente de Rusia, Vladímir Putin, afirmó que la política de contención y debilitamiento de Rusia es
una estrategia a largo plazo de Occidente y que las restricciones han supuesto un duro golpe para toda la economía mundial. En sus palabras, las sanciones contra Moscú
perjudican más a aquellos que las imponen.