Horas antes, trascendió que Salwan Najem había anunciado una nueva manifestación para el 31 de julio. La Policía de Estocolmo expidió un permiso para la manifestación.
El medio agregó que Salwan Najem es la misma persona que quemó el Corán en días anteriores. "Estaré quemando el Corán hasta lograr que lo prohíban", dijo Najem a tiempo de afirmar que en la quema del Corán no hay nada ilícito.
Los medios señalan que los manifestantes patearon el libro entre ellos y luego le prendieron fuego.
El 30 de julio el primer ministro de Suecia, Ulf Kristersson, declaró que el país europeo se encuentra en la situación de seguridad más grave desde la Segunda Guerra Mundial. Estas declaraciones se produjeron tras una conversación con su homóloga danesa, Mette Frederiksen, sobre las acciones de quema de coranes.
Según el primer ministro sueco, algunos Estados pueden aprovecharse del empeoramiento de la situación de seguridad en Suecia. Kristersson añadió que las autoridades de ambos países consideran peligrosa esta situación y tomarán medidas oportunas.
A finales de julio se dio a conocer que los países de la Organización de Cooperación Islámica
convocarán una reunión extraordinaria de sus ministros de Asuntos Exteriores porque tales actos
se organizan con regularidad en Suecia y Dinamarca.
La profanación y la quema del Corán en Estocolmo durante los festejos de Eid al Adha provocó una
amplia resonancia en muchos países del mundo. Irak exigió que Suecia extradite al migrante que cometió esa acción para enjuiciarlo.
Argelia, Afganistán, Egipto, Indonesia, el Líbano, Siria, Turquía, Uzbekistán y los secretarios generales de la Liga Árabe, Ahmed Abul Gheit, y del Consejo de Cooperación para los Estados árabes del Golfo, Jasim al Budaive, condenaron lo sucedido. Mientras que las Cancillerías de Jordania y de los Emiratos Árabes Unidos citaron a los embajadores de Suecia para entregarles notas de protesta.