"El número de las personas que recibieron traumas serios como resultado de la caída del granizo y de cristales rotos ha aumentado a 110. Vuelvo a expresar el agradecimiento a los socorristas y los servicios técnicos que acudieron en ayuda a la gente, y siguen trabajando hasta el momento, en particular, paran registrar los daños", afirmó.
Igual que en otros ocasiones, el fuerte calor, que llegó a la península Itálica el domingo pasado, ha dado lugar en el noreste del país a tempestades con chubascos y granizo. Según el servicio meteorológico de Véneto, las ráfagas de viento alcanzaban por ratos una velocidad de 140 km/ hora, resultado de lo cual quedaron dañados cerca de 30 edificios, de los que la mitad perdieron el techo.
Muchos habitantes se vieron obligados a abandonar sus casas, en medio de interrupciones en el suministro de luz y de comunicación telefónica. Zaia declaró emergencia en las áreas más afectadas de la región.
"Los servicios de bomberos y de protección civil recibieron más de 350 llamadas con peticiones de ayuda por la tormenta con copiosas lluvias, granizo y ráfagas de viento de más de 100 km/ hora (...). El daño más grave se registró en las provincias de Padua, Treviso, Vicensa y Venecia", escribió Zaia en Facebook (la actividad de Meta – redes sociales de Facebook e Instagram- está proscrita en Rusia por terrorista).
El granizo tenía una forma y un tamaño inusuales, con más de 10 centímetros de diámetro, comentó el gobernador y lo confirmó con un vídeo.
Mientras el noreste de Italia está evaluando el daño causado por la tempestad, los habitantes de las regiones centrales y meridionales del país siguen sufriendo un calor anómalo, que el anticiclón Caronte trajo desde África del Norte.
Esta semana, la temperatura del aire en las islas de Sicilia y Cerdeña subió hasta 45 grados Celsius, y cerca de la ciudad siciliana de Mazara del Valle se registró una temperatura récord de 46,7 grados.
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