Horas después de la reunión a puerta cerrada entre el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, y su homólogo ucraniano, Volodímir Zelenski, el Gobierno de Vladímir Putin expresó su postura con respecto a los resultados de las conversaciones entre ambos mandatarios, específicamente al regreso a Ucrania de los cabecillas del batallón Azov*.
El Kremlin considera que Turquía recibió presiones de parte de los países miembros de la Alianza, sobre todo porque faltan pocos días de que se lleve a cabo la próxima cumbre de la OTAN en Lituania, los próximos 11 y 12 de julio, días en los que se discutirá aumentar el apoyo del bloque a Kiev.
"Los preparativos para la cumbre de la OTAN están en marcha y, por supuesto, en el contexto de esta preparación, se ejerció mucha presión sobre Turquía. Y la propia Turquía, claro, al ser miembro de la OTAN, demuestra su solidaridad con la Alianza del Atlántico Norte. Entendemos todo esto muy bien", dijo Peskov tras ser cuestionado por la prensa.
Anteriormente, Zelenski había declarado que los cabecillas del batallón Azov* habían regresado a Ucrania desde Turquía, un hecho que fue condenado por las autoridades del país euroasiático.
"La devolución de los cabecillas de Azov* (...) no es más que una violación directa de los términos de los acuerdos existentes. Y en este caso tanto la parte ucraniana como la parte turca violaron los términos", comentó Peskov a Sputnik.
Y es que nadie informó a Rusia sobre el traslado a Ucrania de los cabecillas del batallón Azov, que deberían haberse quedado en Turquía hasta el final del conflicto, declaró Peskov.
En sus palabras, la decisión de entregar a Kiev a los cabecillas está directamente relacionado con los fracasos del Ejército de Ucrania en su contraofensiva.
En 2022, las fuerzas rusas liberaron la ciudad de Mariúpol. Más de 2.000 combatientes del batallón neonazi ucraniano Azov se entregaron a las tropas rusas y varios de sus cabecillas fueron enviados a Turquía como parte de un plan de intercambio de prisioneros. El 2 de agosto, Azov fue declarado como organización terrorista por el Tribunal Supremo de Rusia y quedó prohibido en el país.
Este batallón tuvo un auge tras el golpe de Estado perpetrado contra el Gobierno ucraniano de Víctor Yanukóvich en 2014. En su escudo, el batallón Azov* tiene símbolos del nazismo como el Sol Negro, símbolo ocultista utilizado por las SS del Tercer Reich y por los grupos de extrema derecha.
El 7 de julio, el mandatario turco, Recep Tayyip Erdogan, y el líder ucraniano, Volodímir Zelenski, se reunieron para dialogar sobre el conflicto ucraniano que comenzó hace casi año y medio. Al finalizar el encuentro, Erdogan manifestó que Kiev tiene todo el derecho de ser miembro de la OTAN y reveló que sostendría una reunión con el presidente ruso, Vladímir Putin, con el objetivo de contribuir a la paz en Europa del Este.
*El batallón Azov está prohibido en Rusia por extremista y terrorista.
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