Uno de los aspectos más destacados del comercio con China es su papel como exportador: es conocido por ser el principal productor y exportador de una amplia gama de productos, desde textiles y electrónicos, hasta maquinaria y productos químicos.
Su mano de obra abundante y relativamente barata ha atraído a numerosas empresas extranjeras, entre ellas las PYMES, que buscan reducir costos de producción y aprovechar la capacidad manufacturera de China.
Además, China también se ha convertido en un importante importador. A medida que su economía ha crecido, la demanda interna de bienes y servicios también ha aumentado. Esto ha llevado a un aumento en las importaciones de materias primas, alimentos y productos de lujo. Debido a ello, muchos países han visto en China un mercado potencial para sus productos, lo que ha impulsado el comercio bilateral.
Carolina Fabara, asesora jurídica empresarial radicada en China, explicó a Sputnik que "China está abierta a todo el mundo. El mercado chino es fantástico y maravilloso, y cada vez se regulan las leyes para que sea más sencillo el que las empresas, tanto grandes como PYMES, puedan llegar al gigante asiático a hacer negocios y obtener beneficios mutuos".
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