"Nuestra postura está bien clara, somos uno de los países que marchan en la vanguardia del proceso de desarme. Esa munición está prohibida a nivel internacional porque se asemeja por su acción a las minas antipersonas. Las municiones de racimo pueden yacer dispersas durante años tras un conflicto y causar enormes daños a la población civil", declaró Schallenberg en Viena.
"Para nosotros, como país signatario, rige el acuerdo de Oslo", refirió Baerbock en una rueda de prensa celebrada en Viena y transmitida por ExxpressTV.
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