El 3 de julio de 1988, un avión iraní Airbus A300 que volaba sobre el golfo Pérsico, fue derribado con un misil lanzado por el crucero Vincennes de la Marina de Guerra de EEUU, que lo tomó por un caza F-14 de la Fuerza Aérea de Irán. Perdieron la vida los 290 ocupantes del Airbus.
"EEUU no ofreció ninguna ayuda… Aunque debe responder por el delito cometido. Los involucrados [en el derribo del avión] debían comparecer ante un tribunal, pero no hubo juicio ni fueron castigados. Los que dieron la orden [de derribar el avión] incluso fueron condecorados", refirió Gazanfarabadi.
En su opinión, los "derechos humanos en la interpretación de EEUU es un espectáculo absurdo".
Teherán ya había intentado perseguir jurídicamente a los militares de EEUU relacionados con el derribo del avión, pero todos los intentos fueron vanos porque las organizaciones internacionales son controladas por EEUU que las "utiliza para seguir perpetrando crímenes", agregó el parlamentario iraní.