Entre los equipos que se venderán a Taipéi hay municiones de 30 mm no clasificadas, incluidos cartuchos incendiarios de alta potencia de 30 mm, cartuchos polivalentes de 30 mm y cartuchos de entrenamiento, detalló la Agencia de Cooperación de Seguridad de Defensa del Pentágono (DSCA, por su sigla en inglés).
El documento que contiene los pormenores de esta transacción ya fue enviado por el Departamento de Estado al Congreso, que tiene que dar la aprobación final.
La venta se produce en momentos en que
Washington y Pekín se han distanciado por
la política estadounidense respecto a Taiwán, además de diferencias en comercio, seguridad, tráfico de drogas como el fentanilo y, también, a raíz del derribo en territorio norteamericano de un globo aerostático que según la Administración Biden realizaba
labores de espionaje.Ante esta situación, el país asiático expresó su descontento con las acciones estadounidenses.
Asimismo, instó a Washington "dejar de vender armas a Taiwán, dejar de crear nuevos factores que puedan provocar tensiones en el estrecho de Taiwán y dejar de plantear riesgos para la paz y la estabilidad" en la región.
De acuerdo con la información de las autoridades estadounidenses, dicha venta a Taipéi "sirve a los intereses nacionales, económicos y de seguridad de EEUU al apoyar los continuos esfuerzos del receptor para modernizar sus Fuerzas Armadas y mantener una capacidad defensiva creíble".
Además, "la venta propuesta contribuirá a mejorar la seguridad del receptor y ayudará a mantener la estabilidad política, el equilibrio militar y el progreso económico en la región [Asia-Pacífico]", se lee en el comunicado.
Según Departamento de Defensa de EEUU, la venta contribuirá al sostenimiento de los vehículos blindados CM34 de Taiwán, mejorando su capacidad para hacer frente a las "amenazas actuales y futuras".
Entre los contratistas que saldrán beneficiados por esta venta se encuentran Alliant Techsystems Operations LLC, Plymouth, MN, General Dynamics Ordnance and Tactical Systems - Simuni y Marion, IL.
Las
tensiones entre Taipéi y Pekín crecieron a principios de agosto de 2022, luego de que la entonces presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Nancy Pelosi, realizara una vista a la isla, desoyendo las reiteradas advertencias de Pekín. Su visita duró menos de 24 horas, pero fue
la del mayor nivel en los últimos 25 años y la primera desde 1997 que incluyó a un titular de la Cámara.
La Casa Blanca se distanció del viaje de Pelosi a Taiwán, alegando que la presidencia de la Cámara de Representantes toma sus propias decisiones.
China, que percibe estas visitas como un incentivo a los secesionistas, lanzó en agosto pasado un amplio ejercicio militar que incluyó fuego real de largo alcance en seis zonas adyacentes a Taiwán, así como una batería de restricciones económicas a los proveedores de la isla.
Asimismo, suspendió la cooperación con EEUU sobre repatriación de migrantes ilegales, asistencia legal en materia criminal, lucha contra la delincuencia transnacional, narcotráfico, así como las conversaciones sobre el cambio climático y una serie de consultas bilaterales a nivel de jefes militares.