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"Las llamas son nuestro banco": exportación de camélidos trae esperanzas a un poblado boliviano

Sputnik visitó el municipio de Turco, cerca de la frontera con Chile, para conocer las iniciativas de esta población para industrializar la carne de llama, como una manera de darle valor agregado a los más de 300.000 ejemplares que viven allí, y generar empleo para los jóvenes.
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Ganaderos de camélidos de Turco, en el departamento de Oruro, acordaron exportar a Uruguay 71 llamas y alpacas, con la perspectiva de mantener los envíos de animales "en pie" o ya carneados. El alcalde de este municipio, Jonás Mollo, quien también es ganadero, recibió a Sputnik y nos habló sobre los proyectos para industrializar esta carne.
En esta localidad no viven más de 10.000 personas —para conocer la cifra exacta es necesaria la realización del censo en 2024—, pero alberga a más de 300.000 llamas, cuya carne se distribuye en toda Bolivia. Por ello Turco es conocida como la capital boliviana de los camélidos.
Mollo, del Movimiento Al Socialismo (MAS), guio a Sputnik por la construcción que en 2024 será inaugurada como la planta industrializadora de camélidos. Con ello darán valor agregado a las llamas y generarán fuentes de trabajo para quienes viven en esta pequeña población, lindera con Chile y que no crece demográficamente, debido a que muchos jóvenes se van a trabajar o a estudiar a las ciudades, contó el alcalde.
Casi 40 años atrás, los productores locales ya habían exportado camélidos al extranjero. "Para nosotros no es una novedad. Entre 1984 y 1986 ya el municipio de Turco había exportado 1.500 cabezas de ganado a Libia", recordó Mollo.
Ahora, "nos alegra que vamos a exportar 71 cabezas de ganado a Uruguay, entre llamas y alpacas", agregó la autoridad.
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Cría de llamas y alpacas en Turco, departamento de Oruro, Bolivia.

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Cría de llamas y alpacas en Turco, departamento de Oruro, Bolivia.

El alcalde explicó que es necesario el apoyo de las autoridades nacionales para viabilizar la exportación. "Nosotros solos no podemos fácilmente hacer la exportación. Necesitamos siempre el apoyo del nivel central y del departamental para concretar estas exportaciones", fundamentalmente para la obtención de los documentos requeridos.
Los ganaderos de Turco también tienen ofertas de otros países, "no simplemente de llamas en pie, también en otros productos", mencionó Mollo. Y comentó que en 2021 "teníamos la oportunidad de exportar charque a Roma, Italia. Eran al menos cinco toneladas mensuales".
Pero "no hemos alcanzado a tiempo para hacer los trámites de algunos documentos que requieren ellos para el control del alimento". Actualmente, avanzan con esta documentación porque tienen pedidos de carne de llama provenientes de China.

La ciudad de las llamas

Mollo calculó que todo Turco debe tener 30.000 habitantes, de los cuales gran parte emigraron a Chile, Argentina u otros departamentos de Bolivia.
En el municipio permanecen 10.000 personas. "Se dedican netamente a la ganadería de camélidos. No tenemos vacas ni agricultura. Porque si sembramos, la llamita salta y se come todo. Ya tuvimos problemas con hermanos que han sembrado quinua, pero su mismo ganado se lo comió. Por eso los hermanos están abocados a la crianza de ganado camélido".
El municipio de Turco tiene 10.000 habitantes
En 2022, el presidente Luis Arce se reunió con Mollo y se comprometió a entregar 73,4 millones de pesos bolivianos (10,6 millones de dólares) para la construcción de una planta industrializadora de carne de llama. Actualmente, la obra está en construcción y se prevé que finalice en 2024.
El alcalde destacó que allí se aprovechará la carne, también el cuero, los huesos y hasta las patas de los camélidos, que se utilizarán para obtener colágeno.
"Tenemos el reto de hacer un trabajo por el bienestar de cada una de nuestras hermanas y hermanos jóvenes, niños y niñas, para que puedan permanecer aquí en Turco", se esperanzó Mollo.
Y comentó que "si bien tenemos algunas unidades educativas asentadas en nuestro territorio, no tenemos donde desarrollar estudios superiores. Por eso nos preocupa el tema de la migración y el futuro de nuestros jóvenes".
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Los pedidos de carne de llama aumentan.

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Construcción de la planta industrializadora en Turco.

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Construcción de la planta industrializadora en Turco.

En este sentido, el alcalde subrayó que la industrialización de la carne de llama se dirige a que "nuestros jóvenes se queden aquí en el municipio, que puedan emprender proyectos comunitarios y de desarrollo".
La población de Turco tiene el sueño de ver levantada su propia universidad. "Es muy importante para que las y los jóvenes puedan estudiar aquí. También quisiéramos tener un instituto de nivel técnico superior para contar con carreras relacionadas con nuestro potencial como municipio".
Las universidades más cercanas están en la capital departamental, distante a 155 kilómetros.

El símbolo de la llama

La llama es un animal muy importante en la conformación de la identidad boliviana. Basta ver al escudo del Estado Plurinacional para presenciar allí al simpático animal andino, cuya crianza desde épocas prehispánicas lo llevó a mezclarse con la espiritualidad de los pueblos aymara y quechua.
Actualmente, no hay aguayo o chompa (pulóver), como cualquier otro tejido de motivos andinos, que no muestre la silueta de una llama.
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Cría de llamas y alpacas en Turco, departamento de Oruro, Bolivia.

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Cría de llamas y alpacas en Turco, departamento de Oruro, Bolivia.

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Cría de llamas y alpacas en Turco, departamento de Oruro, Bolivia.

"Para nosotros es nuestro todo. Con ellas convivimos. Tenemos una época en que hacemos la quilpa, el marcado de las orejitas. Les ponemos aretes y adornos en el cuerpo de machos y hembras. Es un cariño muy especial que les damos. En época de quilpa les cantamos a llamas y alpacas lo mismo", relató el alcalde. Esta festividad apunta a que se reproduzcan.
Estos camélidos tienen un tiempo de gestación que llega a los 11 meses. Generalmente, tienen una sola cría.
"Con ellas vivimos, sufrimos, lloramos en momentos de sequía. Compartimos prácticamente todo. Son quienes nos dan alimentación, cobijo, vestimenta… Hacemos estudiar a nuestros hijos gracias a ellas. Las llamas son nuestro banco", aseguró Mollo.
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