"Se puede aconsejar a los anglosajones que se ocupen de sus conflictos civiles internos o, mejor aún, que se vayan a su viejo amigo, al diablo", dijo Narishkin, citado por medios rusos.
Según los datos que posee el Servicio de Inteligencia Exterior, señaló Narishkin, el acuerdo alcanzado en marzo entre Arabia Saudita e Irán, con la mediación de China, está provocando reacciones extremadamente dolorosas en Washington y Londres.
Señaló que el Reino Unido y EEUU ven los avances en la región como un fracaso de su propia política de estrangular a Teherán y una amenaza para sus posiciones estratégicas.
27 de febrero 2023, 16:05 GMT
Narishkin añadió que se ha asignado a estructuras anglosajonas especializadas la tarea de socavar el diálogo emergente y desacreditar el papel mediador de Pekín. Las huellas de esta labor destructiva, señaló, son ya claramente visibles en el espacio informativo mundial, aunque el jefe del Servicio de Inteligencia Exterior confía en que "las semillas de la discordia no germinen en las nuevas realidades geopolíticas".
Los países occidentales minoritarios, según su opinión, podrían participar en garantizar la seguridad y la prosperidad en el mundo, pero no de manera hegemónica, sino como centros de un mundo multipolar a la par de otros actores.
"Sólo temo que la insensata arrogancia de los occidentales haya cerrado por completo esa posibilidad. Conviene recordar una verdad bíblica: 'Su fin será según sus obras'. Y eso significa que su final será triste", resumió el jefe del Servicio de Inteligencia Exterior de Rusia.
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