Lavrov acudió este 25 de abril a la sede del organismo internacional para exigir a Washington
que cumpla con las resoluciones del Consejo de Seguridad relacionadas con Palestina, el Sahara Occidental, Kosovo, el programa nuclear iraní y los Acuerdos de Minsk, cuya violación ha sido denunciada por Moscú en muchas ocasiones.
Asimismo, afirmó que "Washington pretende ser el único patrocinador del proceso de solución de Oriente Medio", a pesar de que "hace tiempo que ha perdido la neutralidad y la imparcialidad inherentes a un intermediario honesto", y que incluso contradice las resoluciones del Consejo de Seguridad alcanzadas durante la Administración Trump.
Al respecto, la doctora en Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) Ana Luisa Trujillo considera que la postura de Lavrov en el Consejo de Seguridad "es una respuesta a los ataques constantes o señalamientos que se le han hecho a Rusia" por el conflicto en Ucrania.
La posición rusa, dice, busca generar un debate a nivel internacional como parte de los cambios que se viven por el reordenamiento geopolítico derivado del conflicto ucraniano, el cual ha puesto sobre la mesa los efectos negativos de las sanciones impulsadas por la Casa Blanca y sus aliados de Bruselas.
"[El conflicto ucraniano] va a dejar en la escena internacional un reacomodo geopolítico y la ampliación de ciertos polos de poder. Esa es una realidad", afirma la especialista.
En ese sentido, el hecho de que Moscú se mantenga activo en foros internacional tan relevantes como la ONU indica que no todo gira alrededor de la Casa Blanca, como muchos medios occidentales han intentado difundir.
La experta también observa un "ascenso" de ciertas potencias en el escenario internacional, porque, pese a todo, Washington sigue teniendo poder de influencia en muchas regiones del planeta.
China, por ejemplo, es una de las naciones que, en los últimos meses, se ha posicionado todavía más como líder internacional destacado, en primer lugar, por su abierto acercamiento a gigantes latinoamericanos como Brasil, otro país que en tiempos recientes ha cobrado relevancia por
sus llamados a la paz en Ucrania.En este sentido, desde el pasado mes de febrero, Pekín impulsa
un plan de paz para Kiev en el que se incluyen 12 puntos que Estados Unidos y sus socios de la OTAN no han tomado en cuenta por considerarlos que benefician a Moscú.
Para expertos como
Andrew Korybko, acercamientos como los que ha habido entre Brasil y China no son del agrado de Washington, pues, en alianza con los BRICS, impulsan "un interés común en acelerar procesos de multipolaridad financiera" que tienen como objetivo principal que ambas economías se "desdolaricen".
Parte de estos cambios, explica la académica, repercutirán en el papel que juega Estados Unidos como mediador en los conflictos de Oriente Medio, que han cobrado protagonismo en la política interna del país norteamericano, sobre todo por la presión del "lobby pro-Israel" que se mueve en Washington.
Sin embargo, la experta vislumbra complicado que Washington ceda ante la entrada de más actores internacionales a los conflictos, lo mismo que con las resoluciones del Consejo de Seguridad, en primer lugar, porque dichas resoluciones son vinculantes, y en segundo, por la resistencia de Estados Unidos a las tendencias multipolares en el panorama internacional.
"Yo creo que hay resistencia, lo que es natural en un Estado que ha sido hegemón después de la Guerra Fría casi 30 años. Obviamente, habrá resistencia, pero los cambios están sucediendo a nivel internacional y empujan hacia otras dinámicas", concluye.