"Vivimos justo al lado del trabajo. A tres pasos del lugar", sonríe el jefe de tripulación con el nombre en clave Hunter (El Cazador). Junto a él luchan el artillero y el conductor-mecánico. En raros momentos de calma, su carro de combate se esconde en una trinchera cubierta por una red metálica.
"Eso nos protege contra los drones-kamikaze y las bombas arrojadas desde cuadricópteros", explican los tanquistas.
Para defenderse de los misiles antitanque, la máquina está dotada de sistemas de protección activa, como el complejo Shtora, que son capaces de interferir en el guiado por láser y hacer así que los proyectiles lanzados contra el tanque se desvíen.
El comandante de la tripulación también muestra las condiciones en que viven los tanquistas rusos en el frente. Los soldados construyeron un refugio subterráneo para nueve personas y ahora viven allí tres tripulaciones. La chabola es bastante acogedora, cálida e incluso tiene una mesita de café. Pero el verdadero orgullo de los militares es la sauna con todos los atributos, recién erizada al lado.
"La limpieza es la clave para salud", subraya el comandante y agrega: "Las condiciones son buenas, todos estamos contentos".