Estas llamadas de rutina ocurren a través de un canal de comunicación de enlace intercoreano y una línea directa militar entre ambas naciones.
La comunicación bilateral se lleva a cabo de lunes a viernes, dos veces por día, una por el amanecer y otra en la noche. Sin embargo, Corea del Norte no responde el teléfono desde el pasado 7 de abril.
Seúl considera que la comunicación fue interrumpida "unilateralmente" por parte del Gobierno de Kim Jong-un.
"Al tiempo que supervisa la situación, el Gobierno [surcoreano] está analizando cómo responder (a la decisión de Corea del Norte). No tardaremos en adoptar una postura oficial", aseguró en conferencia de prensa Koo Byoung-sam, portavoz del Ministerio de Unificación de Corea del Sur.
Los problemas de comunicación entre Seúl y Pyongyang tienen lugar días después de que Corea del Norte realizara ejercicios militares que simulaban un ataque y un contraataque nuclear.
Por su parte, Corea del Sur también realizó maniobras militares en conjunto con Estados Unidos y Japón, un hecho que fue mal visto por Pyongyang por considerarlo como un peligro para su seguridad nacional.
"Estados Unidos y sus seguidores nunca deben olvidar el hecho de que su rival es un Estado con capacidades nucleares […] Deberían pensarlo dos veces para evitar una catástrofe desafortunada y considerar que tendrán que pagar un alto precio por sus actos imprudentes", advirtió el Gobierno de Corea del Norte mediante un comunicado difundido por la agencia estatal de noticias KCNA.
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