La UE tiene graves problemas financieros y económicos, que surgieron, mucho antes del conflicto en Ucrania e incluso antes del golpe de Estado del Maidán en el 2014. La crisis del 2008 no solo no ha desaparecido sino que se ha intensificado, según el experto. El Banco Central Europeo mantuvo el tipo de interés en cero durante muchos años. Esto indica el estado deplorable de la economía porque en una economía sana no repartirían dinero a un interés del 0% para "mantener a todo el mundo a flote".
El conflicto interno que azotaba Ucrania en los últimos años se debe en parte por la intensión de las élites occidentales de resolver sus problemas económicos apoderándose de los recursos naturales de Ucrania, comparte con Sputnik Vasili Koltashov.
La apropiación de los recursos ucranianos por Occidente se ve favorecida por el enorme impuesto sobre la tierra que se introdujo en Ucrania y que está estrangulando a los pequeños propietarios a favor de las grandes compañías terratenientes.
"Si el Gobierno de [Stepán] Bandera sobrevive, utilizará este impuesto para llevar a la bancarrota a quienes trabajan en parcelas de tierra. Después, la tierra caerá en manos de empresas extranjeras y el impuesto se reducirá", pronostica el investigador.
Los habitantes de Ucrania no le interesan a las élites europeas, continúa el analista a tiempo de señalar que Occidente solo quiere tierras ucranianas y otros recursos valiosos. Según afirma Koltashov, como dicen los funcionarios ucranianos, "los utilizan como carne de cañón".
El analista señala que el Servicio de Seguridad de Ucrania (SBU) y personalmente el mandatario ucraniano, Volodímir Zelenski, "participaron en la desestabilización de la situación en Bielorrusia". Esto sugiere que no fue iniciativa propia sino que actuaron siguiendo instrucciones de Washington, Londres y Bruselas. En sus palabras, está claro que estamos hablando de una toma de control del espacio postsoviético.
El Parlamento ucraniano aprobó una ley que anula la moratoria de 18 años sobre la venta de tierras agrícolas a partir del 1 de julio de 2021. Según el documento, durante los dos primeros años solo podrán comprar tierras las personas físicas que sean ciudadanos de Ucrania.
En el plazo de un año desde la reforma agraria, tres consorcios internacionales con capital estadounidense, Cargill, Dupont y Monsanto, se convirtieron en los mayores usuarios de tierras ucranianas y controlan un total de 17 millones de hectáreas de tierras agrícolas, es decir, el 28% del territorio de Ucrania.