"No esperamos que estas investigaciones sean transparentes, ni que los resultados se pongan a disposición del público en general. Lo más probable es que el caso acabe siendo una especie de 'highly likely' ['muy probable' en inglés]", declaró Lavrov.
Siguen sin respuesta numerosas peticiones de Rusia para cooperar en la investigación. De acuerdo con sus palabras, Occidente, en el caso de la investigación en los gasoductos Nord Stream, se habría conformado con el resultado en forma de "atar los cabos sueltos".
"Presionaremos para que se conozca la verdad", declaró Lavrov durante una rueda de prensa posterior a las conversaciones con el ministro de Asuntos Exteriores de Burundi.
También expresó su esperanza de que la ONU sea consciente de su responsabilidad en la lucha contra el terrorismo, "que destruyó una instalación de infraestructura crítica de la que dependía crucialmente la seguridad energética de la UE".
"Por eso hemos presentado un proyecto de resolución al Consejo de Seguridad de la ONU, pidiendo al secretario general de la ONU que organice una investigación imparcial, objetiva y transparente, con amplia participación de expertos internacionales. Contamos con el apoyo de China", declaró el ministro ruso.
Lavrov añadió, sin embargo, que EEUU reaccionó "muy nervioso" y su comportamiento se asemeja al "pánico", con Washington empezando a reunir junto a sus aliados un grupo de países que esperan que voten en contra de la resolución rusa. El ministro ruso afirmó que Moscú considera objetivos los datos del periodista Hersh sobre los ataques contra el Nord Stream.
"No descarto que consigan incluso los votos suficientes para bloquear esta iniciativa. Entonces confirmarán que tienen algo que ocultar, entonces se confirmará la objetividad de los datos presentados por Seymour Hersh", añadió.
El pasado 26 de septiembre, la empresa Nord Stream 2 AG, operadora del gasoducto homónimo ruso, informó de una fuga de gas provocada por causas desconocidas en una de las dos tuberías de la infraestructura cerca de la isla danesa de Bornholm. Más tarde trascendió que las dos líneas del gasoducto paralelo Nord Stream 1 también habían sido dañadas.
El Servicio de Inteligencia Exterior de Rusia catalogó las explosiones de ataques terroristas y el 30 de septiembre desveló la posesión de evidencias que apuntaban a la implicación de determinados países occidentales. La Fiscalía General rusa abrió una investigación por terrorismo internacional tras los daños a las dos tuberías en una zona del mar Báltico.
Una investigación periodística realizada por Hersh reveló que buzos militares de EEUU colocaron las cargas explosivas bajo los gasoductos en junio de 2022, y tres meses después los militares noruegos activaron los explosivos.
23 de marzo 2023, 09:15 GMT