"Se encontró una persona en Choix, Sinaloa (noroeste), y se está haciendo el estudio para poder informar si se trata del delincuente que le quitó la vida a los sacerdotes jesuitas en Urique, Chihuahua", declaró el 22 de marzo durante la conferencia de prensa matutina en Palacio Nacional.
Por su parte, el fiscal de Chihuahua, César Jáuregui, dijo horas después de la conferencia de prensa del mandatario que la hermana de José Noriel Portillo, alias el Chueco, identificó el cadáver del presunto asesino.
Sin embargo, la corporación espera confirmar su identidad hasta que cuente con los peritajes.
Los sacerdotes jesuitas Javier Campos (78 años) y Joaquín Mora (81) fueron asesinados dentro de una iglesia en Urique, en la Sierra Tarahumara de Chihuahua (norte), en momentos en que otra persona era atacada por los autores del crimen, quienes secuestraron y asesinaron a otra más, el 22 de junio de 2022.
El gobernante dijo que la demora de nueve meses, transcurridas desde los asesinatos, se debe a que el delincuente y su pandilla eran tolerados en la región montañosa del norte del país y contaba con una red de apoyo.
La fiscalía de Chihuahua ofrecía una recompensa del equivalente a unos 250.000 dólares por información que permitiera encontrar y capturar a los asesinos de los dos religiosos de la Compañía de Jesús, orden católica a la que pertenece el papa Francisco.
22 de junio 2022, 19:44 GMT
A principios de febrero, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) solicitó a México protección urgente a una comunidad jesuita del norte del país, donde fueron asesinados por delincuentes los dos sacerdotes y dos laicos.
"La CIDH otorgó medidas cautelares a once integrantes de la comunidad jesuita, tras considerar que se encuentran en una situación de riesgo de daño irreparable, grave y urgente", informó el Centro de Derechos Humanos Agustín Pro SJ de esa orden religiosa.
"Para no cometer ningún error, es cuestión de hacer el análisis" dijo el jefe del Ejecutivo federal.
El gobernante dijo además que las primeras pistas indican que la persona hallada muerta fue ejecutada.
La fiscalía dijo que el cuerpo hallado tenía un impacto de bala en la nuca y en el lugar fueron hallados casquillos de fusil AK-47.
La sierra tarahumara, como muchas otras regiones del país, enfrenta "condiciones de violencia y olvido que no han sido revertidas", y que reflejan lo que los jesuitas llaman "ausencia de Estado".