"Para nosotros en Latinoamérica es fundamental entender la necesidad de generar espacios de articulación y sobre todo de integración que respondan a nuestras propias necesidades", afirmó el también vicerrector de la Universidad Latinoamericana y del Caribe respecto a las lecciones que dejó aquella guerra.
Estados Unidos invadió Irak en marzo de 2003, con el pretexto de luchar contra el terrorismo internacional y buscar armas de destrucción masiva, cuya presencia no se llegó a confirmar.
Como resultado de aquella agresión, respaldada por varias naciones occidentales, el presidente iraquí Sadam Husein fue depuesto y, tras pasar medio año escondido, fue descubierto cerca de su ciudad natal, Tikrit, en diciembre de 2003 y condenado a morir en la horca el 5 de noviembre de 2006.
"Esa invasión sirvió de excusa para empezar toda una política de expansión y control de los recursos energéticos en el Medio Oriente, con el cuento de las armas de destrucción masiva jamás encontradas", recordó Zamora, para quien los tiempos y los métodos cambian, pero los propósitos persisten.
Por ejemplo, señaló que actualmente predomina la llamada Guerra de Sexta Generación, que en lugar de atacar con armamentos y blindados se recurre a las redes sociales, los medios digitales o las sanciones económicas, como ocurre con Venezuela, con el propósito igual de apropiarse de sus reservas de crudo.
Zamora también llamó la atención sobre la destrucción cultural que dejaron las tropas estadounidenses en Irak, donde un patrimonio milenario fue saqueado, daños que el gran capital considera colateral, como los miles de civiles muertos, heridos y vejados durante aquella invasión.
Respecto a la actual operación especial de Rusia en Ucrania, el analista señala que son dos coyunturas distintas, pero para Washington el objetivo final es el control geopolítico de una región, que le permita tener acceso a minerales críticos y estratégicos.
En el caso de Irak fue el petróleo, mientras que el actual conflicto favorece las intenciones de EEUU de venderle su gas a Europa, que hasta ahora era abastecida por Rusia, sin olvidar que todo tributa a su estrategia de confrontación global contra Rusia y China.
"La única alternativa para garantizar la supervivencia como humanidad es el diálogo y la paz", concluyó Zamora.
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